Hace poco, paseando por la calle, me topé con una mercería. No es que nunca haya visto mercerías de aquel tipo sino que llevaba un cartel que me llamó la atención. Era una mercería antigua que aún llevaba los colores de antaño y con su fachada impregnada de historia. Una historia densa e intensa que estaba allí escrita encima del cartel que ponía: “Desde 1880”. Me quedé mirando la mercería y pensé en el esfuerzo de los que la regentaban. Años y años de una herencia familiar que pasaba de padres a hijos. Pensé en los sacrificios que solían conllevar este tipo de negocios y en lo que les había costado llevar aquella empresa hasta donde había llegado. Comercios vetustos, que habían pasado por los acontecimientos de la historia, cruzando a pasos lentos, los años y los siglos. Años algunos seguramente de gloria y otros duros y secos pero manteniéndose con la lealtad de su gente que saben que las cosas no llegan en un sólo día, sino con años de oraciones y de labor ardua.
“Ora et labora” dicen en latín….
Pensé en todos los comercios antiguos de la ciudad. Panaderías, fruterías, farmacias, zapaterías… negocios austeros y boyantes, que no eran opulentamente prósperos pero que sí, se mantenían a flote medianamente.
Miré las letras escritas y me acordé de algo muy profundo que dijo un amigo mío. Una reflexión entera que lleva una razón impresionante.
Decía que los inmigrantes venían a Europa con unas ideas concretas. Grandes ideas de prosperidad económica y personal. Sueños de un trabajo regular y bien pagado en unas condiciones favorables. Mi amigo se preguntaba cómo podían los inmigrantes pensar en hacerse ricos en un santiamén cuando los propios europeos necesitaban décadas para montarse negocios de prosperidad media, y necesitando ayudas y subvenciones del estado. Si ellos tardan años e incluso siglos, ¿cómo podemos pensar nosotros que en nada podremos montar negocios e hacernos ricos en Europa?
Y me quede moviendo la cabeza, como quien acaba de escuchar una gran verdad. ¿Cómo podemos pensar que al llegar a Europa, indudablemente nos haremos ricos? Lo piensan muchos, le pensamos muchos. Sueños irreales e inalcanzables que nos hacer dejar nuestras vidas ya montadas aunque con algún que otro desengaño, para venir a vivir una frustración. Los negocios longevos, primero empiezan y esperan que pasen los años, para sacar una conclusión de vida.
Sólo nos queda primero empezar porque en la inmediatez… no hay riqueza.
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