lunes, 18 de marzo de 2013

SUPERSTICIÓN AFRICANA: LOS ZAPATOS.


Todos los países tienen sus supersticiones. Aquí las hay raras: los gatos negros, la sal, romper un espejo… Lo más increíble es que estas supersticiones aquí tan reales, son desconocidas para nosotros. Y es que allí, son totalmente distintas.

La superstición es cultural.

La superstición es la creencia en poderes mágicos atribuidos a hechos cotidianos sin ninguna evidencia científica. Pero mientras que ahora en Europa la gente se deshace de esas creencias adquiridas desde la Grecia Antigua, en el África más profunda se sigue creyendo firmemente en el poder metafísico de según qué cosas…  Silbar por la noche da mucha mala suerte, poner las dos manos en la cabeza puede significar invocar alguna desgracia, arrastrar cosas por el suelo te puede atraer alguna enfermedad de la piel… supersticiones, miedos y fe ciega.

Aunque para los blancos, puedan parecer excéntricos, para nosotros los negros, nuestras supersticiones nos resultan creíbles y aunque no tengan explicación científica alguna, tienen unas sabías explicaciones ancestrales. Una de estas supersticiones es la de los zapatos.

Aquí en Europa los zapatos son sólo un complemento más y se ponen en la misma categoría que los bolsos, los cinturones.... Pero lo que la gente no sabe es que los zapatos no se pueden regalar entre personas liados por un lazo íntimo o fuerte. Dicen las experiencias antiguas que los zapatos no se pueden considerar como los demás complementos.

No se puede regalar zapatos.

Si le regalas unos zapatos a tu novio, lo más probable es que la relación no dure.
Si le regalas unos zapatos a tu amiga o a un amigo tuyo, en breve dejareis de ser amigos.
Si le regalas unos zapatos a tu novia más temprano que tarde, la relación se acabará.
Cualquier relación que no sea de familia directa y en la que ha habido regalos de zapatos, nunca dura.

Los zapatos separan a la gente.

Dicen los sabios que los zapatos son los complementos que peor se tratan. Un zapato se quita y se deja de cualquier manera o en cualquier sitio. Unos lo dejan allí donde están, otros lo tienen hecho polvos y otros los dejan abandonados en cuanto ven a otro más bonito; Incluso los hay olvidaos en la oscuridad de algún cajón… Por mucho cariño que tengamos a unos zapatos, siempre acabamos tratándolos igual que cualquier otro calzado.

En los reinos del antiguo Dahomey, regalar dichos complementos es considerado como una apostasía, un sacrilegio y una maldición. Por lo que si alguien nos regala unos zapatos, le damos una pieza de moneda simbólica como si lo pagáramos, como si no fuera un regalo.

Las costumbres de los demás siempre nos pueden parecer raras, pero no hay que tratarlas como necedades incongruentes. Todos tienen un origen y una base atávica.

Dicen que cuando no lo sabes, no te afecta. Ahora ya lo sabéis. No se regalan zapatos.

http://yaivi.blogspot.com 

5 comentarios:

la baigo dijo...

ni los super caros de marca !??!?!

vaya que si me vienes con una Manolos al mas puro estilo Carry en Sexo en NY, no te los despreciaré pero te los pagará a plazos...

muy interesante.

un beso

Miércoles dijo...

Me temo que el hada madrina de Cenicienta disentiría vivamente.

Eso de regalar un zapato solo queda algo cutre, ya puestos mejor regalar el par.Aunque no conozco a nadie que regale zapatos, por aquello de que sin probarlos no sabes si van a ser cómodos.

Anónimo dijo...

Tiene sentido. Los pies nos hacen libres. Nos llevan lejos o nos permiten regresar. Todas las terminaciones nerviosas están ahí. Los castigamos y los acariciamos, son fuertes y delicados al tiempo. Así que los zapatos, en su intimidad con el pie, forman parte de ese mundo complejo. Y se hacen viejos como nosotros después de tanto caminar. Calzar y descalzar a la persona amada es uno de los momentos de mayor intimidad entre dos seres humanos.

Samaiaui dijo...

No lo sabía, pero es interesante.
Nunca se me había ocurrido regalar zapatos, ni a los niños.
bueno, algunas zapatillas en mi juventud si que he regalado, por eso de los Reyes magos y no saber que regalar en familia.
pero la idea es buena, por si quieres quitarte a alguien de encima...ummm

Josie Márquez dijo...

Me alegro de que si no se sabe no afecte... porque yo he regalado zapatos muchas veces y a personas importantes para mi, ahora que lo sé ... no puedo volver a hacerlo!!!