miércoles, 9 de marzo de 2011

COSA DE MODA.


Ya sé que soy un poco pija. Ya lo sé. Pero a veces hay cosas que me dejan perpleja.
Las modas van y vienen. Y cada vez más volvemos a las modas pasadas. En las tiendas, van entrando colecciones…

Hace unos días, en una de esas tiendas de los grandes almacenes, entró una colección de ropa de época. Ropa inspirada en el siglo XIX y en el XX. Ropa bonita, diseños elegantes y voluptuosos: Vestidos con volantes, corsés, corpiños rígidos y ajustadísimos, chales de colores, faldas forradas, grandes escotes, mangas bufadas, cuellos redondos, faldas enormes. Camisetas de color beige, modelos en blanco, marrón… Tonos claros y clásicos aunque a la vez vivos y modernos. Ya lo sé. Es contradictorio, pero no me preguntéis, cómo. Sólo era mi sensación. Y tampoco me tengáis en cuenta los detalles de vestuario, que no soy una experta en vestimenta de siglos pasados.

Había de todo en las tiendas. Como de costumbre, me volví loca. Sí. Frivolidad. Lo quería todo. Esto. Aquello. Aquel otro. Este de aquí. Este otro… Era todo tan bonito. Ropa de época, ¿Qué mejor?
Había mucha gente en las tiendas, gente como yo, ilusionada para probar cosas de última temporada. Emocionada y cargada hasta la cejas de ropa, me fui a probar todas aquellas piezas en “vogue”.

Y delante del gran espejo rectangular del probador, me quede blanca.

Me quede lívida. Me sentía rara. No porque la ropa no me gustará o que tuviera alguna tara o que no me entrase. No. Me quede blanca porque con la ropa puesta, parecía una, de aquellas esclavas que trabajaban en las haciendas. Me probara lo que me probara, parecía una esclava. Parecía salida de una película. Pasaba de “Lo que el viento se llevó” a “Raíces” pasando por “el Color Púrpura” y “la esclava Isaura”. Hattie McDaniel, Cicely Tyson, Whoopy Golberg, Valquíria Ribeiro… Yo me veía divina, pero parecía una esclava de verdad.

Y entonces caí en la cuenta… En aquella época, nosotros éramos esclavos.

El cambio sólo residía en las prendas. Me sentí un poco triste porque no quería parecer una esclava. No quería ir por las calles disfrazada de esclava. Nunca pensé que las prendas también llevasen impregnadas las realidades sociales. Las prendas también llevan el peso de la Historia.

En una especie de inopia por mis clases de teatro, me imaginé representando un personaje de cualquier obra de aquel entonces. Me imaginé como quedaría yo interpretando un personaje de cualquier obra de Oscar Wilde. Aquellas Obras que a mi me chiflaban. El abanico de Lady Windermere. La importancia de llamarse Ernesto. O incluso La casa de los corazones rotos de Bernard Shaw…
¿Podría yo interpretar a la Marquesa de Merteuil de Pierre Choderlos de Laclos? Quedaría raro porque con su ropa, pues recordaría más a una esclava. ¿O no?

En mi país, Julieta es negra, lo mismo que Romeo, Rodrigue y Chimène del Cid; igual que los personajes de Molière, de Voltaire, y de Racine. Arlequin de Marivaux y como no, también Cyrano. Todos negros. Nunca antes me había pasado por la cabeza que fuera de mi mundo, las prendas tenían otro sentido.

Al final, después de probármelos todos, cogí las prendas, fui a la caja, los pague y me los quede.

http://yaivi.blogspot.com/

5 comentarios:

Unknown dijo...

Yaïvi, avui he descobert el teu bloc (puc escriure en Català, oi?). Hi passava per sobre sovint i no m'havia parat a entrar-hi i llegir. He llegit, m'he emocionat i he pensat que tu sola em dones raons per seguir defensant la importància del paper que teniu els joves i no perquè sigueu el futur -quin tòpic!-, sinó perquè sou el present i encara més, perquè teniu dret, teniu drets!

Endavant, dius coses que fan pensar i sobretot que fan emocionar i al cap i a la fi som sacs d'emocions

Miércoles dijo...

Si te sentaban bien a la figura y las compraste ya te envidio: yo cada vez que voy de tiendas cuando una prenda no me hace gorda, me hace anoréxica, o putón verbenero, o beata de iglesia, o demasiado niña, o demasiado vieja o... Y con el problema de encontrar unos pantalones que sienten bien mejor ya ni hablamos :-P

yaivi dijo...

@ Grup! I tant que pots escriure en català. hehehe! O en francès si vols també. Pues moltissimes gracies per entrar i llegir. Es veritat això de que som sac d’emocions. Espero veure’t molt mes sovint per aquí.

@ Miercoles! ! hahahah! Me ha molado lo de beata de iglesia! Hahaha! No me lo creo esto de que las prendas no te favorezcan. Nena, un día si quieres, quedamos y vamos juntas de compras. Que soy asesora de mis amigas. Ya veras como te encontraré prendas que te encantarán. Hehehe!

IvanBalt dijo...

Interesante reflexion en el tema de la ropa y me parece demasiada acertado eso que llevan impregnadas las realidades sociales xq eso ocurrio x citar otro ejemplo cuando la mujer empezo a ser mas independiente y usar minifaldas o cuando empezo a usar pantalones como los hombres bueno seguramente habran mejores ejemplos de todo esto :) y bueno asi q eres estilosa eh! ;)

El Drac dijo...

Es cierto, con esa ropa, pareces una esclava, la más bella esclava que haya visto.

Un beso