lunes, 24 de diciembre de 2012

A MÍ, LOS ORGASMOS ME HACEN LLORAR...


Dicen que hay sensaciones tan fuertes que quien goza de ellas, no puede olvidarlas jamás. Dicen que hay placeres tan benditos que quien los disfruta ya lo ha vivido todo. Excitaciones parabólicas y placeres penetrantes… dicen que existe todo eso.  Y he buscado en la vida, he buscado en los libros, he buscado en las costumbres transcendentales este tipo de placeres que yo no he vivido jamás. Los he buscado dentro de mí. Y  he mirado en mis frustraciones y tampoco los encontré. ¿Acaso me marchitaré sin sentir aquello? A mí, los orgasmos me hacen llorar…

Y de repente están al alcance de mi mano. Aceleración cardiaca y corazón desbocado. Cuerpos arrimados y alegría encarnizada. Caballos galopantes y respiraciones entrecortadas. Y mi vida empieza a dar vueltas y yo giro, giro y giro en un torbellino de sensaciones y de emociones en las que me siento perdida, confusa. Dios. A lo mejor es esto. Entonces ¿por qué no siento ninguna culminación que me haga gritar con los ojos abiertos y los músculos tensos? ¿Por qué no siento ninguna exaltación que me deje exhausta y con ganas de dormir? No siento ningún gozo de esos que dicen que hacen perder la cabeza. Sólo siento tristeza y nostalgia, dolor y pena. Sentimientos aplastadores y cruenta exaltación que me hacen dar la espalda a mis vergüenzas y llorar como si de mi no dependiera nada. Orgasmos de pacotilla… ¿Por qué siento soledad? ¿Por qué siento debilidad y melancolía?

Quiero cosas que no tendré jamás porque lo que tengo no me vale. Infelicidad pasional de los que no disfrutan de nada. Quisiera sentir como sienten los demás. No creo que sientan ellos, esta amargura que siento yo cuando mi exaltación está en su momento más alto. Quiero placeres de verdad. Quiero más. Quiero todo. Quiero gozar de todas las sensaciones, de las que he oído hablar. Placeres desconocidos. Sólo tengo ansias de llorar como si entrasen dentro de mí más y más frustraciones. A mí, los orgasmos me hacen llorar...

No tengo ganas de nada y nunca quiero que me toque nadie. Qué ganas de gritar. Mi cuerpo está dolorido por la vida y mi inconsciencia ya no quiere desvelarme nada. ¿La vida no es más que eso o eso ya lo es todo? Qué lástima… Desdicha de las cumbres no alcanzadas. Me dan ganas de esconder la cabeza porque sólo soy una perdedora y una frustrada. Una apática insensible y desapasionada. Una amargada.  A lo mejor tendré que seguir buscando, tal como hacemos todos, basando nuestra felicidad en búsquedas sin fundamentos. No hay nada más doloroso que un orgasmo inalcanzado cuando los demás hablan de palpitaciones, de calores y de deseos. 

Tengo ganas de dejarme amar, ganas de dejarme poseer y de dejarme hacer. Tengo ganas de dejarme querer aunque yo no me quiera y no tenga ganas de mí.

A mí, los orgasmos me hacen llorar….

lunes, 17 de diciembre de 2012

LA DESPIGMENTACIÓN.


Dicen que nadie está contento con lo que tiene. El que tiene el pelo liso, lo quiere rizado y el que lo tiene rizado lo quiere liso. El que tiene la boca pequeña, la quiere grande y quien la tiene grande, la quiere pequeña… Pero una cosa es una cuestión de pelo o de algún elemento o artilugio externo y otra muy distinta es una cosa tan fundamental y tan preciosa como  la piel, tegumento externo que cubre y protege el cuerpo.

En el Dahomey como en muchos otros países del África occidental y del África central, tener la piel clara es un símbolo de riqueza, de bienestar y de belleza. Para muchos, la mujer ideal es la mujer de piel clara; y cuanto más clara mejor. Y la piel negra, relegada a rangos peyorativos es considerada como un indicador de la fealdad más absoluta.
El color claro se ha sobrevalorado a lo largo de la historia generando un complejo de inferioridad promovido por los propios negros, que alaban todo lo que es blanco. Publicidades por la tele, propagandas engañosas que prometen un blanquecimiento rápido y perfecto.

Despigmentación: f. Pérdida total o parcial del pigmento natural de un órgano, en especial de los tegumentos (dermis).

La despigmentación es el hecho de utilizar productos químicos para aclarar el tono de la piel. La despigmentación es cuando los negros usan productos para tener la piel más clara. El “bodxu” o la despigmentación en lenguaje fon, es una práctica muy extendida entre hombres y mujeres, pero más entre las mujeres; chicas jóvenes y guapas que tienen un color negro bonito pero que se blanquean la piel.

Utilizan jabones, cremas mezcladas con lejía, líquidos que se usan para lavaje de clichés fotográficos, agua acidulada, productos con residuos de mercurio y cremas hechas a base de hidroquinona y de cortisona. Cremas carísimas que se usan dos o tres veces al día para obtener resultados rápidos. Un proceso vicioso que cuando se empieza, no se puede parar porque sino la piel se vuelve más oscura que antes.

Pero no hay milagros. El tono negro se va pero el nuevo tono no tiene nada que ver con el tono claro deseado. El nuevo tono de piel tiene un color asqueroso, tirando entre al granate y al amarillento oscuro y rojizo, un color antinatural y enfermizo.
Y la piel machacada no tarda en reaccionar. Muy pronto, se notan quemaduras, erupciones cutáneas y lesiones irreversibles. La piel pierde elasticidad y se abren las estrías que salen por doquier, incluso por la cara. El tegumento externo pierde sus propiedades y sus facultades: las heridas ya no cicatrizan rápidamente como antes y algunas incluso se pudren. La despigmentación provoca malos olores corporales e hiperpilosidad que es la aparición de pelos por todas partes, incluso por toda la cara… La despigmentación destruye la melanina, lo que provoca en muchos casos propensión al cáncer de piel. La hidroquinona tiene consecuencias dañinas irreversibles y los productos con residuos de mercurio provocan trastornos cardiovasculares y respiratorios. 

Es fácil reconocer a una mujer despigmentada, porque se le oscurecen las uñas, y se le quedan más oscuras la piel de los codos, de los nudillos, de las rodillas y de los dedos del pie. Y tienen manchas por todas partes por lo que muchas usan gafas o fulares constantemente para esconder las imperfecciones debidas a una arrepentida despigmentación.

Los blancos se torran al sol para ponerse morenos. Los negros usan productos blanquecedores para ponerse blancos y claritos… pero la diferencia está en que el moreno del blanco se va y vuelve cuando él quiere, y lo del negro ya no tiene marcha atrás. La diferencia está en que al blanco le queda un moreno ejemplar y bonito y al negro le queda un color insalubre. La diferencia está en que los productos del blancos tienen prospectos y los del negro no llevan ni fecha de fabricación ni ninguna firma a la que denunciar en caso de agravios.

Hay muchas plataformas de sensibilización que advierten de los peligros de la despigmentación, páginas que promueven la belleza de la piel negra y la dignidad de la aceptación de un color... Pero sigue habiendo gente hoy en día que continúa comprando productos nocivos para su piel como consecuencia de su mente enferma y de sus complejos.

Franz Fanon dijo en su libro “Pieles negras, mascaras blancas” que el hombre negro, cual traidor, se siente avergonzado por su color de piel y intenta hacerse blanco…” Tener la piel blanca no nos hará blancos. Lo que uno tiene naturalmente es lo que uno es. Cada piel es bonita. No hay ninguna que sea mejor que la otra.

Cada uno es libre de hacer lo que quiera. Esto por descontado. Pero poner en peligro la salud por un estereotipo absurdo, es vergonzoso.


“Mujer desnuda, mujer negra
Vestida con tu color que es vida,
Con tu forma que es bellaza…”

Cantaba Leopold Sedar Shengor.


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lunes, 10 de diciembre de 2012

LOS NOMBRES AFRICANOS.


Todos los africanos o la mayoría de ellos, tienen varios nombres. Una larga lista compuesta por nombres étnicos, coloniales, religiosos… Elegir y dar un nombre a un niño es toda una ceremonia en la que todos los detalles son meticulosamente examinados. Un nombre bien escogido es positivo e influye sobre la vida del que lo lleva y por lo mismo, un nombre mal escogido es nefasto y hunde de por vida a su portador.  Para nosotros en el Dahomey, el nombre es lo que determina la persona, su carácter, su vida, sus costumbres y sus raíces. Una identidad entera reunida en una palabra. El nombre es una potencia mágica porque allí, se conoce a la gente por su nombre.

Según las tradiciones Fon, Mina e Ashanti, los nombres de los hijos se deciden dependiendo del día de la semana que nacen. Esta costumbre viene del reino Ashanti, desde el Rey Osei Tutu y se ha difundido como práctica en los reinos de alrededor.

DIA DE LA SEMANA
NOMBRE DE CHICA
NOMBRE DE CHICO
Lunes
Adtxua
Kodtxo
Martes
Abla - Abena
Comlan - Kobena
Miercoles
Akua
Koku
Jueves
Ayawa
Yao
Viernes
Afi – Afiavi
Kofi
Sábado
Ami
Kuame
Domingo
Esi – Esie
Kosi










Otra particularidad a la hora de nombrar a los niños es la posición de nacimiento, el lugar que ocupa el niño entre sus hermanos. Nombre decisivo porque sabiéndolo, la gente te trata de una manera o de otra. No es lo mismo el hijo mayor que lleva las responsabilidades, que el benjamín que siempre es el favorito de los padres.
Dicen que hijos mayores son los más fuertes porque son los que llevan la carga de los otros hermanos. Los que nacen en segunda posición tienen mucha suerte y tienen una vida más fácil porque tienen a su hermano mayor para que les encienda el fuego y su hermano pequeño para que les haga la cama. Los que nacen en tercera posición son los más temerarios, los más osados y los más testarudos. Y los que nacen en cuarta posición siempre son los preferidos de su madre. No es raro oír decir “Este parece un hijo menor” viendo actuar a una persona un poco torpe.

ORDEN DE NACIMIENTO
CHICO
CHICA
1
Orou – Dodji
Gnon – Ahuefa
2
Chabi
Bona
3
Bio
Bake
4
Boni
Bougnon







Tener de primero, una niña es signo de paz en la casa, por esto se llaman Ahuefa que quiere decir “hay paz en la casa”. Aunque también dicen los proverbios que las niñas nacidas en primer lugar se parecerán a la madre y se llevarán muy mal con ella. Tener de primero un niño viene acompañado de épocas duras y de penurias familiares y económicas. Por esto se llaman “Dodji”.

Pero no sólo los días de la semana, o la posición determinan el nombre. También lo hacen, las creencias religiosas de los padres, las circunstancias de nacimiento del niño, la situación familiar en aquella época, la figura de un antepasado protector o la influencia de algún honorable miembro de la familia. De allí que hay niñas que se llaman “Senami” que viene a ser literalmente “Dios me ha dado”  por las parejas que han buscado hijos durante mucho tiempo; O “Mawunyon” queriendo decir “Dios es bueno”. Olamide es “Mi felicidad ha llegado” o “Fifame” que es “En la paz”. “Sonaño” es “Mañana será mejor”

La niña que nace después de la muerte de su abuela se llama “Yabo” que quiere decir “La abuela ha vuelto” Los niños inesperados se llaman “Yemalin” o “Yedia”.  Y Chemilogo es para niños muy deseados. “Ayo” es Alegría. “Dosu” es para niños nacidos después de unos gemelos; “Kande”, cuando nace una niña después de muchos varones y “Alihonu” cuando un niño nace por el camino mientras su madre se dirige a la maternidad.

También se decide el nombre del niño en función de su estado físico o por el nombre de su Vudú, porque igual que los santos en el cristianismo hay un Vudú para cada uno en el animismo. Como “Sosu”  que es un nombre para el primer hijo de un adepto del Vudú Heviôsô. "Yaïvi" es el nombre de una niña futura Vodunsi. Y la primera hija de de una "Yaïvi" se llama "Akpalè"...

Y después hay otro nombre. El nombre más místico, el más sombrío que digamos por su peligrosidad, que es el nombre que da el Fâ, nuestra geomancia. Este nombre es el nombre real, el que determina la propia persona. El nombre que da el Fâ es el nombre de la esencia de cada uno. Ese nombre eres tú. Un nombre por el que nadie te llama.  Porque solo con que alguien lo sepa, puede tener tu alma a su voluntad y jugar con ella. El único nombre que hay que esconder porque cualquiera que lo sabe puede tener poder sobre ti, ya que es tu nombre, el nombre de tu espíritu. Un nombre que solo se usa a la hora de las ceremonias animistas. El que te pregunta “Cuál es tu nombre según el Fâ?” no te quiere porque teniendo todos los demás nombres, tiene de sobra para llamarte. El nombre del Fâ es un nombre que los padres susurran al oído de sus hijos y les instan a no decirlo jamás, a menos que sea en una ceremonia animista a cortinas cerradas. Un nombre oculto cuyo simple sonido eriza los velos. Un nombre necesario para los animistas y para ceremonias de purificación, de fertilidad, de protección y de suerte… Nombres que no se escriben ni en un papel para que no caiga en mano de nadie. Todo el mundo tiene uno. Yo tengo el mío. Pero como comprenderéis, aquí no es lugar para escamparlo…

Y a todos estos nombres, se puede añadir algún nombre católico o colonial para completar. Por lo que a veces los dahomeenses tienen varios nombres en su carnet de identidad. Uno por el día de nacimiento o por  su posición  en la familia, otro por su Vudú o por las circunstancias de la familia, el nombre de su Fâ y otro nombre occidental sacado del calendario gregoriano.

Ejemplos de nombres de Benín:

Fèmi: Casáte conmigo  Señimexe: “Dios es mi aliado” …

Ejemplos de nombres nigerianos:

Ndulu : hermano - Obi: Corazón - Chinaka: dios decide - Ima: caridad - Nilaia : Trae la felicidad.

Ejemplos de nombres de Kenya, Tanzania y Uganda:
Aki: inteligente - Amani: paz - Jalia : Honorar - Mosi: el primogenito - Nijajsaj o Nihahsah : princesa negra

Ejemplos de nombres de Camerún:
Masoma: Gracias - Mwayé: la luz

Nombres de Angola, Congo y Gabón:
Luyuma: Bonita flor - Miezi: luz de las estrellas - Matondo: Gratitud y reconocimiento - Namibi: Escudo de fuego - Wasakumunua: el bendecido o la bendecida - Nzola : amor

Nombres de Senegal:
Binta - N’deye – Touti - Sokhna  - Nafi – Safi - Awa

El nombre es identidad y es lo que define nuestra personalidad. Así que, pensadlo bien antes de poner un nombre a vuestros hijos.


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Ejemplos de nombres según los países: fuente => http://www.africabeninculture.org

lunes, 3 de diciembre de 2012

LAURA SE CASA CON EDU.

Laura se casa con Edu. Buena noticia.
Y nada imperfecto, si no fuera por la pregunta que todo el mundo acaba haciéndole.
Laura es española y Edu es de allí de las tierras calientes de Sudamérica donde lo único que tienen es una hospitalidad y una generosidad incrustada en el corazón. Y simplemente porque él es de allí, todo el mundo les hace la misma pregunta con una ironía evidente.

“¿Pero os casáis por los papeles?”

Y si se casan con papeles, ¿Qué? ¿Acaso no llevan más de cinco años juntos? Si ya llevan más de dos años viviendo juntos ¿Acaso no es normal que se casen?
La gente se casa por muchos motivos. Algunos que se casan para hacer felices a sus padres. Otros, para salvar su vida de pareja. Algunos se casan porque no quieren tener hijos sin estar casados. Otros lo hacen porque creen en el matrimonio y muchos otros se casan por capricho mientras que otros lo hacen por papeles… Y en todos estos casos, los que se casen, antes que nada lo hacen por amor.

Hay gente que se casa por papeles. Sí. Pero es gente que se ama primero; gente que lleva mucho tiempo saliendo y que al final no tienen más remedio que formalizar esta unión para ayudar, entre paréntesis, a la otra persona. Si yo tuviera en mi mano ponerle las cosas fáciles a mi pareja, lo haría. No dudaría en casarme con él, porque no podéis imaginar lo difícil que puede llegar a ser la situación de alguien en un país con unas leyes que son intransigentes con según qué ciudadanos.
Quien nunca ha estado en una cola de inmigración, no sabe lo difícil que es. Colas interminables, números de turno, justificantes, permisos de residencia, traducciones juradas, homologaciones… no os lo podéis imaginar. Y después de horas en una cola, otras horas en otra, cuando por fin te dan los papeles, nadie te garantiza que te vayan a dar trabajo. Porque tendrás la nacionalidad y te cambiará el pasaporte, pero tu cara, tu color y tu acento siguen siendo iguales.  
Si ya no es nada fácil con nacionalidad, imaginaros sin papeles. Por lo que muchos… Sí. Muchos… no dudan en casarse con la persona que más aman y que ha cometido el único delito de ser de un país pobre.

¿Qué tiene que hacer laura? ¿Ver como Edu va buscando trabajo sin encontrarlo? ¿Ver como no puede tener acceso a la asistencia medica porque no tiene papeles?
Aprueban leyes raras que ponen a muchos en un ultimátum emocional en el que el romanticismo de un bodorrio se ve manchado por unos fines vergonzosos a los ojos de la sociedad.

¿Que más da que se casen por papeles si están enamorados?

Y muchas parejas interraciales se avergüenzan de admitirlo. Muchas novias bajan la mirada porque queda mal decir que lo hacen “también” por los papeles. Y muchos novios se sienten incómodos porque no saben cómo decir a la gente que “también” lo hacen por los papeles. Vergüenza e incomodidad cuando ves la sombra del “claro…” irónico en la mirada de los demás. Extranjeras que se sienten mal porque no hay manera de justificar que “también” hay amor… Hay gente que tiene que justificar que su pareja tiene sus papeles en regla para quitar esta ironía de las miradas.
Laura se casa con Edu, porque ama a Edu y Edu se casa con Laura porque ama a Laura…Porque hay cosas que sólo se hacen por amor, como  casarte con la persona que quieres para darle una nacionalidad que le permita tener una vida “normal” en su país de acogida.

Porque al fin y al cabo, no quieren la nacionalidad para ir a sentarse en un bar a tomar cervezas. No quieren la nacionalidad para ensuciar las calles y cometer actos delictivos.
Quieren la nacionalidad para trabajar, sabiendo que tampoco ganarán ninguna fortuna. Quieren la nacionalidad para cotizar. Quieren la nacionalidad para tener acceso a la sanidad. Quieren la nacionalidad para tener una vida menos difícil. Que no más fácil. Quieren la nacionalidad para la tranquilidad del alma de su pareja, porque no hay nada más difícil a soportar que saber que la persona que quieres no es considerada ni como persona por la ley de tu país.

Ya sé que mucha gente ha convertido esto en un negocio en el que  te casas con alguien, pagando unos cuantos dígitos de euros para obtener la nacionalidad. Ha habido tanta gente que lo ha hecho exclusivamente por este fin, que ya nadie considera la parte de amor, cuando hay un matrimonio interracial.

Y parece que sólo lo hagamos los de países pobres cuando he visto a un español que se ha casado con un americano para tener acceso a una vida en común en América. He visto a alemanes, que se han tenido que casar con franceses, para tener acceso a los mismos derechos que los franceses porque en Francia estaba lo que les importaba. Entonces ¿por qué sólo se nos mira a nosotros? Ojala tuviéramos todos, libre circulación y que todos los países tuviesen un estado de bienestar…
Si Edu fuera americano, nadie diría nada. Si Edu fuera alemán, nadie diría nada.

Hay personas que se casan por los papeles porque se aman.

Que pena tener que estar justificando el amor, cuando lo que haces, lo haces por amor… Así que ojala dejen de mirar a las parejas como Laura y Edu con escepticismo porque se casan el uno con el otro…
Felicidades a los enamorados que se casan por los papeles pero que lo hacen sólo porque se quieren. ¿Qué más da casarse por los papeles, si también hay amor?

Se casan por los papeles porque se quieren. Y ya está.

Nada más.

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lunes, 26 de noviembre de 2012

LÁGRIMA DE LA NOVIA.

Magia.

Es lo que desprendo esta imagen que desprende un increíble sentimiento que va más allá de todo lo que pueden decir las palabras. Una imagen que nos muestra que a veces, una lágrima es todo lo que tenemos.
Es una foto de Quim Fàbregas, gran fotógrafo y gran persona. Aquí va la historia explicada por Quim.

Título: Lágrima de la novia. 
Año realizado: 2006

Historia de la fotografía: 

África es el continente que más me ha enamorado desde que soy fotógrafo profesional. Hay tantas emociones durante los viajes que he realizado, que no paro de volver cada año para cultivar mi interior. Como las emociones que se descubre en esta fotografía. 

Recuerdo que eran las tres de la tarde y hacia calor. Nos sentamos en el pasillo de la casa donde nos alojábamos. Éramos algunos miembros de la Ong con los jóvenes y niños africanos de la casa y amigos suyos. Me dijeron que Kayatu se casaba y que podía hacer las fotos de su boda. Se casaba con su primo hermano de 21 años, ella de 15. 

Hablando de tantas cosas de la boda, le pregunté si quería casarse; se hizo un silencio. Con su cara veía que no era su deseo y al cabo de 30 segundos me contestó que quería ir a la Universidad y que una vez casada ese sueño dejaba de cumplirse. Tres días más tarde se casaba.

Una boda africana dura unos tres días de fiestas y rituales, en las cuales se purifica sobre todo los pies y la cabeza entre otros. En un momento de la ceremonia, es cuando los familiares, amigos y la gente de todo el pueblo (más de 300 personas) van pasando por la casa y van saludando a la novia, tres músicos animan la velada, solo hay mujeres. Los hombres no pueden acceder a un ritual de la mujer, yo era el único. Recuerdo que estaba a unos dos metros y la miré a sus ojos, ella me miró y de repente, le cayó esa lágrima. Tengo que decir que la lágrima, no la vi hasta terminar el reportaje y verlo en el ordenador. Cuando la vi me emocioné tanto que también se me derramó alguna.

En el año 2009, volví a ese lugar y me encontré con Kayatu, ya con un bebe, se acordó de mi, me abrazó y yo a ella. La he visto súper guapa y feliz.

Gracias Kayatu.

Quim Fàbregas.

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lunes, 19 de noviembre de 2012

¿EXPATRIADO O INMIGRANTE?


Millones de ciudadanos norteamericanos, europeos occidentales, australianos y japoneses viven y trabajan en otros países, donde suelen formar su propia comunidad donde reúnen con sus compatriotas, mantienen sus costumbres y comparan sus experiencias. Tanto ellos mismos como los medios de comunicación les suelen llamar “expatriados”, porque viven fuera de su patria. La palabra está compuesta por el prefijo ex-, 'fuera' o 'más allá', y patria.

Por otro lado, en los países ricos también hay millones de ciudadanos procedentes de países pobres donde viven y trabajan de forma permanente o temporal, pero en la mayoría de los casos en situaciones precarias. A esa gente les solemos llamar “inmigrantes”.


Según Wikipedia y el RAE, la definición de “expatriado” e “inmigrante” es casi idéntica, ya que las dos se refieren a personas que residen y trabajan lejos de su lugar de nacimiento.
Según algunas definiciones, la diferencia fundamental está en la intención o estancia en el extranjero. Un “expatriado” es alguien que vive una temporada fuera con la intención de volver a su patria, mientras que un “inmigrante” es alguien que se desplaza de forma permanente.

Pero eso tampoco es cierto. Durante los años 70, cuando miles de españoles fueron a trabajar en Alemania para cubrir puestos en las cadenas de montaje, la mayoría sí que tenía intención de regreso, pero todo el mundo les llamaba “inmigrantes”, no “expatriados”. Lo mismo sucede con los miles de marroquíes, rumanos y sudamericanos en España que también están en camino de retorno. Siempre les llamamos "inmigrantes", nunca "expatriados".
Pero los miles de ingleses, alemanes, franceses y americanos viviendo, trabajando y haciendo negocio en China sí que son "expatriados", aunque muchos ya llevan más de 20 años ahí. En Madrid, los bares irlandeses donde reúnen los ciudadanos anglófonos son referidos como "bares de expatriados", nunca como "bares de inmigrantes".

En todos los programas o artículos sobre “expatriados”, se suelen hablar del enriquecimiento del intercambio cultural, la expansión de las empresas multinacionales, y la riqueza generada por la globalización. Cuando hablan de “inmigrantes”, los temas que surgen suelen ser relacionado con la marginalidad, la delincuencia, los guetos, y la competición por puestos de trabajo.

En España, cuando hablan de "guetos de inmigrantes", la gente suele pensar en magrebíes, africanos, latinoamericanos, rumanos, o chinos que se concentran en los mismos barrios.
Sin embargo, ignoramos que las 2 nacionalidades extranjeras que menos se han integrado en la sociedad son los ingleses y alemanes, ya que casi todos se concentran en sus comunidades cerradas en la costa mediterránea, y a pesar de que muchos llevan más de 10 años aquí, no hablan español y jamás se han relacionado con españoles.
Sin embargo, como proceden de países ricos, nadie les echa la culpa por formar guetos, por quitar puestos de trabajo, por aprovecharse de la sanidad pública, o por no respetar las costumbres locales.

La moraleja es que un ser humano es considerado “superior” o “inferior” dependiendo a gran medida en el dinero que tiene su país de origen. Hasta cuando emigra al extranjero, el nombre que le da es distinto.

Texto de Desmond Yew.
Gracias Desmond. 


lunes, 5 de noviembre de 2012

¿POR QUÉ LOS INMIGRANTES NO VUELVEN A SU PAÍS?


En una de sus canciones, Maxime  Le Forestier dice: “…No escogemos a nuestros padres, no escogemos a nuestra familia y tampoco escogemos las calles donde tenemos que aprender a caminar… Nacer en un lugar, para quien ha nacido, siempre es un azar…” 


No escogemos donde hemos de nacer. No escogemos nada. A algunos les toca en países de guerra y a otros en países con estados de bienestar. Y cuando la realidad golpea, unos se mueven hacia un lado y otros, hacía otro lado. Nadie dijo que fuera fácil y la nueva realidad se vuelve igual de agria o peor que la antigua…

Ya sería repetirme, porque sino os hablaría de lo que es en realidad la inmigración y de los varios sueños perseguidos: trabajo, vida mejor, riqueza, bienestar…Ya sería repetirme porque sino, os explicaría el concepto de la gran ilusión que persiguen los que cambian de país, principalmente, los que van de los países pobres hacía los países ricos y que se dan cuenta en seguida de que Europa no era como se lo pensaban. Al fin y al cabo, el dinero no se recoge en los árboles, tal y como pensábamos muchos...

Os diría que muy rápidamente, el inmigrante pobre, sí…pobre, se da cuenta de que Europa es igual que su país de proveniencia. Nada es fácil. Todo es difícil. Cada paso es una contradicción. Todos los caminos están trabados de obstáculos y de óbices. Cada día es una penuria y el tiempo, ah… el tiempo. El tiempo se vuelve un cruel compañero que te recuerda lo sólo que estás, con un tic-tac que ensordece el alma. La mente se deja llevar por las preocupaciones y los inmigrantes se vuelven sombras que van por la calle, infelices como la suerte de aquel que entre sus mejores opciones, no tiene ninguna de dicha. 

Todos los inmigrantes sueñan con volver, todos. Ya sean africanos, sudamericanos o asiáticos... Unos por el olor de su tierra y por los colores de su decorado, otros por el calor de su gente y por la intensidad de las tardes de su pueblo.

Todos sueñan con volver, pero no vuelven…
Nos quejamos, pero no nos vamos.

Claro que se está mejor acompañado en África que sólo en Europa. Claro que estamos mejor allí, con nuestra gente, con nuestras costumbres, con nuestras pequeñas vidas pobres que aquí. En Europa estamos solos. Una soledad criminal a la que no estamos acostumbrados. Y nos pasamos la vida luchando contra una sociedad incrustada de historias discriminatorias. Y nos pasamos los días trabajando sin poder ahorrar...
¿Acaso no es mejor sufrir con tu gente que sufrir sólo? Es mejor chabola en la que se oyen risas que palacio en el que se oyen llantos. Sólo quien no ha viajado nunca se piensa que Europa es la cuna de las oportunidades y de la riqueza fácil.

Entonces ¿por qué no vuelven atrás si ya están convencidos de que estarían mejor en su país de proveniencia? ¿Por qué?

Los blancos dicen “Haz una lista de las cosas positivas y negativas de cada lugar…” Cosas de blancos... E incluso, en su gran afán de humanidad, muchas sociedades han instaurado el Retorno Voluntario. Pero para los negros, la cosa va más allá de listas o de opciones.

Los negros no vuelven atrás por varias razones sencillas… El miedo al “¿qué dirán…?”, un miedo atronador que retumba en las conciencias, más allá de la razón. Un pánico espantoso a lo que, en realidad, es un fracaso. Porque para nosotros, volver y admitir que te fuiste para nada y que no te hiciste rico, es un fracaso. Una peyorativa ostentación que te deja “mal” delante de los otros... Una vuelta vergonzosa, porque antes de marcharse, muchos se endeudaron para pagarse el visado y el billete. Con una vida hipotecada, no se puede volver atrás…
Volver es un revés en toda regla ante los ojos de aquellos que aún siguen luchando para salir del país y que no entienden que tú hayas vuelto de allí donde el dinero crece en los árboles…

Es vergonzoso volver, por esto muchos no vuelven. Una vergüenza para los propios familiares que les instan a no retornar, a quedarse allí, porque dicen que la miseria de Europa, es mejor que la de África.

Tampoco hay que dejar de lado el hecho de que, para el inmigrante, su propio país se le ha vuelto desconocido. Ya ha pasado tantos años aquí que ahora ya no conoce los códigos de allí. Su gente ha cambiado, su tierra ha cambiado y él ya no forma parte de aquello. Ahora es parte de esta sociedad que corre y que alza el individualismo y el egocentrismo por encima de todo. Y la rueda de su tierra gira y le deja atrás. Se queda en Europa porque “ya...da igual” porque es mejor malo conocido que…Bueno, ¡ya! 

Al final, el inmigrante ya no es de ningún lugar. ¿Dónde va a volver, si ya no tiene a donde ir? Ya no tiene país, ya no tiene tierra y su identidad se ajusta a la realidad de los que han vivido miles de vidas… Y todo esto crea una frustración profunda que se basa en una gran verdad: ha perdido sus referencias, ya no tiene memoria y ya no crea historia…

Todos los negros sueñan con volver a su país. Grotesca realidad que les hace darse cuenta después de muchos años, que lo maravilloso es aquello que dejaron atrás.

Todos los negros sueñan con volver pero muy pocos vuelven…

Esclavos modernos que en realidad sólo son cobardes. Una cobardía que les impide hacer como los blancos que son capaces de dejarlo todo e irse… Complejos y miedos absurdos que no nos dejan tomar aquella dramática  aunque simple decisión: la de ser feliz… Una búsqueda de esta felicidad que hipoteca nuestra existencia.

¿En una misma tierra, nacemos iguales en derechos? Allí está el origen de tanta búsqueda…

Todos los negros sueñan con volver…

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lunes, 29 de octubre de 2012

LA MUJER EN LOS PROVERBIOS AFRICANOS.


Las sociedades africanas tienen sus bases en un sistema jerárquico en el que manda el de más edad. Esto lo sabe todo el mundo. Pero una cosa que también está muy presente, es el rol que se le asigna a la mujer en estas sociedades. Las sociedades del África negra son machistas, ¿para qué lo vamos a negar?. Pero el machismo africano es un machismo raro, un machismo insólito que tampoco deja de serlo y que se rebaja a la dominación del hombre sobre la mujer en el ámbito conyugal y matrimonial. La mujer tiene que obedecer a su marido. Le debe respeto y docilidad. Una exégesis tan anclada en la mente de las propias mujeres que muchas se enorgullecen de ellos y esto hace que muchas veces cualquier mujer con un poco de sed de independencia es verbalmente y violentamente reprendida por los hombres y por las otras mujeres... Un machismo más incrustado incluso en la mente de las propias mujeres que la de los hombres. Un machismo en el que la mujer, aunque sea independiente, siente un arduo deber conyugal para con su marido. Un machismo social en el que a la mujer se le asigna "roles de mujeres" a los que, como buena mujer, se tiene que adaptar. 

Triste.

El machismo africano es raro porque fuera del ámbito conyugal, la mujer tiene un poder absoluto tal que muchas veces parecen ser las que mandan. Fuera del ámbito conyugal, la mujer es considerada sagrada y respetada porque es a ella a quien recae la educación de los niños. En las calles, hay una veneración completa hacía la figura de la Mujer, como ejemplo de sabiduría, de seriedad y de sensatez. Es venerada como diosa y se le rinde un culto como mujer que es. Y como diosa que es, no puede dejar su cuerpo a la vista, por lo que tiene que ir bien tapada. Tampoco puede ir por allí, tarde en la noche deambulando en ámbito de alegría permisiva o beber cosas que inducen al comportamiento propio de mujeres... Sí. También triste. 

La dualidad de la realidad de la mujer en las sociedades africanas se ve en los proverbios en los que la mujer es ruin, calculadora y entremetida, a la vez que indispensable, preciosa y fuente de prosperidad infinita. Es indispensable en todo su ser. Es la pieza fundamental de la familia. El pilar fuerte y central de toda una estructura. Es la fuente de la tranquilidad, de la paz y de la revitalizad. Aplaca el hombre en su sed y le da fuerza. 

-         Educar a una mujer es educar toda una nación
-         La mujer se viste a sí misma.
-         Las mujeres pueden decir muchas tonterías pero tonto el que no las escuche…
-         Donde las mujeres quieren fama, los hombres quieren reputación.
-         Las mujeres no necesitan a un jefe para organizarse.
-         El amor por una mujer puede cambiar un hombre malo en un hombre bueno.
-         La mujer es la que sabe el camino que lleva al agua.
-         Si de la familia, el hombre es la cabeza, la mujer es el corazón.
-         Mucha descendencia femenina es símbolo de perdurabilidad de la familia.
-         Para caer bien en una familia, hay que caer bien a las mujeres de esa familia.
-         Una mujer no sólo son dos tetas. Las cabras también tienen dos.
-         Casarte con una mujer puede darte derecho a su cuerpo, pero no a sus pensamientos.
-         La mujeres se espabila como una condenada, aunque nadie se de cuenta.
-         La mujer es el cinturón que aguanta el pantalón del hombre.
-         Quien habla mal de una mujer delante de otras, se quedará soltero.
-         Que dios no te haga lo que dice tu madre, ni lo que piensa tu mujer.

Pero a parte de esos proverbios, hay otros que no son nada más que afirmaciones injustas, sin fundamentos pero muy extendidas en las mentes machistas de las sociedades africanas.

-         Comer con una mujer es comer con el diablo.
-         la mujer no tiene derecho a hablar ante un hombre.
-         País de mujeres, país de mentiras.
-         La cantidad de chismorreos que sabe una mujer no le cabe en su bolso de mano.
-         La fuerza de la mujer está en su boca.
-         No confíes nunca tus secretos a una mujer.
-         Cuando las mujeres se encuentran, lo que tienen en el fuego se quema.
-         ¿Qué más da que una mujer sea guapa si es incapaz de presentar un plato bien preparado?
-         Si quieres guardar un secreto, no se lo cuentes a tus amigo y aún menos a tu mujer.
-         Que la sonrisa sea bonita, no quiere decir que la mujer sea buena persona.
-         Quien no quiere una mujer habladora, se quedará soltero.
-         Una mujer sin marido es una mujer son soporte.
-         Quien se casa con una “belleza” se casa con problemas.
-         No seas impaciente para casarte porque sino tu suegra será más guapa que tu mujer.


No me miréis así, ni nos vituperéis, que en vuestras sociedades muchas gente pensaba igual.
Lo único que pienso muchas veces es qué hacer para poder cambiar todo esto. Reconforto mi consciencia pensando que a lo mejor hablando de ello, cambiaremos algo. Aunque confío en la educación cada vez más presente en estos países para que muchas mujeres se den cuenta de que lo único válido es el proverbio de arriba y que es verdad aquello de que: “La mujer es la madre de la humanidad”  

http://yaivi.blogspot.com


lunes, 8 de octubre de 2012

EL RACISMO INCONSCIENTE.


-         ¿Alguna vez has visto un cocodrilo?
-         Non…
-         ¿Y una jirafa?
-         Non…
-         ¿Seguro que eres de África...? 

El racismo es una ideología que parte de la base de que hay  razas intrínsecamente superiores a otras. Una ideología peyorativa porque genera hostilidades, prejuicios y discriminaciones. El racismo viene cuando un color de piel determina un tipo de destino. El racismo es presente cuando ya da igual donde nazcas, cuando lo que importa es el color que tienes.

El racismo inconsciente es una forma de discriminación racial, que coge sus raíces en la ignorancia, en el tipo de educación y en el peso de la Historia. 
Son errores de lenguaje, garrafales meteduras de pata de gente que juraría que no es racista. El racismo inconsciente se relaciona con prejuicios positivos o negativos que tiene la gente acerca de todo un conjunto de personas del mismo color de piel. Ya lo decía Alexis Valdés en su monologo sobre lo “Negro”, un mundo en el que todo lo que es negro es nefasto, malo, peligroso e indeseable. También se ve en aquel anuncio, en el que mandaban a unos niños escoger entre un muñequito blanco y un muñequito negro. Esto es el racismo inconsciente. Unas ideas que nos llevan a no querer y a desconfiar de una persona por su color de piel, y sin saber por qué, como instintivamente…

El racismo inconsciente es el racismo de los que no saben que en realidad son racistas. Un racismo involuntario, que tampoco deja de serlo. Un racismo escondido en las conciencias, en las ideas y en las mentes…

-         ¿Cuánto tiempo tarda un negro en pintar una pared?
-         No sé… ¿Cuánto?
-         ¡Depende de la fuerza con la que se tira el negro contra la pared!
-        

Esto es un chiste que me explicó un chico, que seguramente juraría que él no es racista. Para él, yo era una enrollada en temas de color de piel y encontró acertadísimo explicarme este chiste. Cuando le dejé en aquella terraza, aquel día, él seguía riéndose. Yo le odié y nunca más he vuelto a saber de él y tampoco nunca me he quitado de la cabeza este chiste grotesco. No es que no me gusten los chistes raciales, pero ¿era normal que le hiciera gracia un chiste en el que empotraban un negro contra una pared?
Háblame de taparrabos y nos reiremos. Sí. Háblame de huesos en la nariz y nos reiremos. Háblame de ¿Cómo se dice “pan” en Africano? (¡Uf! Ya me exaspera este chiste) y nos reiremos. Pero no me hables de negros pintando una pared con su sangre simplemente porque son negros…

La incultura y la ignorancia se gemelan para dar a algunos su particular visión exacerbada  del mundo. Gente que en realidad no sabe que es racista.

Pedir a un negro que baile porque “Todos los negros tienen el ritmo en la sangre”, es racismo inconsciente.
El hecho de preguntar a cualquier negro: “Y tu ¿de dónde eres...?” es racismo inconsciente.
Quedarte sorprendido porque un negro hable bien el español es racismo inconsciente.
Dar por supuesto que un negro vive entre cocodrilos y elefante es racismo inconsciente.
Pedir a un negro que te hable el “africano” es racismo inconsciente.
Ver a un negro y pensar que es “segurata de discoteca” o que  vende drogas es racismo inconsciente.
Dar por supuesto que las negras SOLO pueden ser mujeres de la limpieza es racismo inconsciente.
Decir “Uno de tu tierra” hablando de un negro a otro es racismo inconsciente.
Que una dependienta diga al entrar una negra en su tienda: “Aquí, todo es muy caro…” cuando no sabe su poder adquisitivo, es racismo inconsciente.
Decir a un negro: “A ti, ya no te veo como un inmigrante…” es racismo inconsciente.
Decir “En tu pueblo…” cuando te refieres a todo un país de negros, es racismo inconsciente.
Pensar que todos los negros están mal en sus países de origen es racismo inconsciente.

El racismo inconsciente se ha vuelto un racismo ordinario, cotidiano y muy común, una mutación del racismo que ya no es agresivo sino a veces positivo e incluso simpático. Meteduras de patas garrafales, de gente que quiere ser simpática y la caga:

·        “No te pareces a los otros negros…”
·        “Bien mirado, tampoco eres tan negra”
·        “para ser negra, eres muy guapa…”
·        “Tu, no. Pero en general los negros son todos malas piezas”
·        “A mi los negros me caéis bien eh…”
·        “En tu pueblo, no tenéis de eso…”
·       

¿Perdona?

Yo estoy cansada de que siempre  se me pregunte de donde soy. A lo mejor soy de aquí. Ser español o ingles, o francés o alemán, YA no tiene nada que ver con le color de la piel.

El racismo inconsciente no es llamar a una persona “negro” o “blanco”. El racismo inconsciente es dar un destino a esta persona, solamente por su color de piel.

¿El racismo inconsciente es racismo?

Sí.

¿Hay que tolerar el racismo inconsciente?

No.