lunes, 28 de diciembre de 2009

LO MALO DE SER BLANCO EN ÁFRICA



No nos engañemos. Somos diferentes. El color de la piel es importante . Esto es una realidad que marca algunas reglas de comportamiento de los seres humanos en los diferentes puntos cardinales... Y no todos somos vistos por iguales.

En África, hay muchos blancos… blancos ya africanos, que llevan una parte del continente negro en su corazón o blancos de paso que rápidamente se sienten a gusto porque ven que no hay nada hostil. Pero no todo es de color. Hay realidades en blanco y negro.

El africano, ser astuto, fácilmente adaptable y nada misoneísta, disfruta de las novedades como un enano; Ve el blanco desde su perspectiva peculiar y disfruta de su presencia y de sus actos como Darwin mirando por su microscopio.

Ya sabemos que casi todo es bueno en ser un “blanco” en África, aunque hay algunas cosas malas.

Lo malo de ser Blanco en África, es que:

• Se te quedan mirando fijamente y sin pestañear varios negros, inmóviles, con una sonrisita en la boca. Unas cuantas decenas de pupilas que van siguiendo todos tus movimientos.
• Te estafan escandalosamente en todos los precios de vente, regatees como regatees.
• Todo el mundo invade tu espacio vital y casi nunca puedes estar a solas en ningún sitio. Y no lo puedes pedir porque allí, nadie entiende el gran concepto europeo de “disfrutar de la soledad”.
• Te dicen que haces bien todo lo que haces. Y te lo dicen de manera tan convencida que si eres listo, sabrás que no te lo dicen de verdad.
• Nunca sabrás si están hablando de ti, por muy avispado que seas.
• A veces empieza a perseguirte, un gran grupo de niños negros, cantando una canción que básicamente dice: “Blanco blanco, ¡hola!, ¿que tal estas? ¡Gracias!”. Esto puede durar más del cuarto de hora.
• También te pueden perseguir si llevas una indumentaria muy rara, o si tienes un aspecto muy extravagante, como los blancos que llevan el pelo azul…
• Todo el mundo te dice que bailas súper bien cuando no es verdad.
• Justo cuando desconfías es cuando alguien te quiere ayudar de verdad.
• Cualquier cosa que hagas, todo el mundo se para a mirarte.
• A las mujeres blancas, las mujeres negras les tocan las tetas y el culo cada dos por tres. Es un símbolo de cariño que sólo hacen a las blancas.
• Todo el mundo quiere hablar contigo, estar contigo y ser tu amigo… Lo que te puede generar agobio.
• Los niños blancos están directamente considerado maleducados.
• Te pueden robar fácilmente.
• Si rechazas una comida que te ofrecen, se pensarán que es porque te da asco.
• Por ser blanco, se da por supuesto que eres un blandengue.
• Hablando la gente te toca mucho. ( Cosa que a los blancos no os gusta)
• Si pides una cosa y el vendedor no la tiene, te intenta convencer de otra hasta la saciedad.
• A las mujeres blancas gordas, todo el mundo les dice que están gordas. La gente por la calle, las mujeres, los hombres…, todo el mundo va gritando: “¡Que rica la gorda!”, “¡Que gorda que estás y que guapa por favor!”, “¡Quiero la gorda en mi familia!”. (Es que en África, lo mejor son las gordas).
• A las mujeres delgadas, nadie les dice que están delgadas, ya que es medio ofensivo o medio insulto que te digan que estás delgada. ( En muchos idiomas africanos, la palabra delgada significa dar pena )
• A los blancos feos, todo el mundo les dice que están feos, porque para nosotros los negros, un feo tiene que aceptar que es feo y punto y no pasa nada. Nadie te margina por feo.
• Si te comportas mal con alguien de allí, todo el mundo deja automáticamente de ser simpático contigo.
• Si una mujer blanca habla mucho rato con un hombre negro, es que quiere rollo.
• Por ser blanco todo el mundo se piensa que tienes mucho dinero y que eres rico, inmensamente rico.
• Todo el mundo te pregunta si tienes pareja y si no tienes, te emparejan directamente con uno de allí. Y te van haciendo bromas de insinuación hasta que te vayas.
• Hay una discriminación positiva que te permite que te comportes como quieras o que a veces te favorece más que a los de allí.
• Los negros damos por supuesto que los blancos sois todo raros.
• …

¡Qué cosas!

Aunque si comparamos todo esto con lo malo de ser negro en Europa… entra la risa.

http://yaivi.blogspot.com/

lunes, 14 de diciembre de 2009

TAUTOGRAMA.


Madre…

Muchas miserias me minan. Mi mustio marido masculla, maldice, me machaca metódicamente, me maltrata moralmente, me mira mal. Mishu, mi mino, me menosprecia; Muchas mañanas, Mishu, mala mascota, muerde mezquinamente mi mano.

Muchas malaventuras marchitan mi mancebez.
Manifiestamente, mi macilenta magra masa masticada muestra mi melarquía, mi misantropía. Mi maquillaje momificado muestra mis males múltiples. Mi malsana memoria merodea, masifica maquinaciones multiformes, mezcolanza meditabunda. ¡Maremágnum mental!

Mi médico, mefistofélico mediquillo, malhumorado maniático, me mixta malintencionadamente malolientes menjunjes marrones, midiendo mal mis medicamentos. Mi matasanos malinterpreta mi malagana, menora mi malhadada malatía, menosprecia mi martirio, minusvalora mi mortífera mialgia. Miente manifiestamente. “Maníaca, masoquista, megalómana, mitómana, mistificadora, mártir, majara…” murmura mientras manipula mis medicinas. ¡Mentiroso mequetrefe maldadoso!

Miércoles, mi marido, metafísico, mugió: “Mierda, mi memorándum místico materialista manchado. Mi manuscrito maculado. Mediocre mojigata, mujer mortecina, marfusa malmaridada, madrera, macaneadora, melona…”
Maldiciones, maledicencias, mentiras, memeces…
Maní muda mientras mí marido, machista macrocéfalo, misógino, maleducado, monstruo misoneísta, malhumorado maniático, me mentaba malvadamente.

Minerva, mi mayordoma, malaje maléfico, mira mofándose mientras mi marido me malhiere, mientras mi marido me mimbra.
Mamancona malmandada, mayordoma mendosa, Minerva malmete mentiras múltiples, mermando mis meritos matrimoniales…

¡Madiós! Me manan mil maquinaciones maquiavélicas, maniobras macabras. Miserables malévolos.

Mamá, malavés mi marido me mima; más me margina, molestándole mi melomanía. Marrancho malandante.

Medardo, mi mentor, maestro músico, moscón maleante, me manosea. Maquiavélico médium, maldito mocero, me mosquea.

Madre, miembro mis magnolias multicolores, mis majestuosas mimosas, mis maravillosos mirabeles, mis malvas, mis margaritas, mis magníficos mirasoles. Miembro mucho mis manualidades, mi música…

Mi monumental morada, muestra modestamente mi meticuloso, mi minucioso mantenimiento. Mis mangos melados, mis melones maduros, mis mandarinos medran monstruosamente. Más, mientras mollinea.

Mi maravillosa madre, mil migrañas me machacan, me martillean. Muchos mareos, molimientos, múltiples morriñas me mortifican.
Mi monótono mundo maximiza mi melancolía. Madre, muchas miserias me minan…

Mil mimos mamá.

MORFEA

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DICCIONARIO:

• Macaneadora: 1. m. y f. coloq. Arg., Bol., Par. y Ur. Persona que dice o suele decir macanas (‖ mentiras).
• Madiós: Interj. Ant. ¡Por Dios!
• Magra: 1. adj. Flaco o enjuto, con poca o ninguna grosura.
• Malagana: 1. f. coloq. Desfallecimiento, desmayo.
• Malatía: 2. f. ant. enfermedad.
• Malavés: 1. adv. m. desus. Apenas, pocas veces.
• Malhadada: 1. adj. Infeliz, desgraciado, desventurado.
• Mamancona: 1. f. Bol. y Ec. Mujer vieja y gorda
• Manar: 1. intr. Brotar o salir. U. t. c. tr.
• Mancebez: 1. f. ant. mancebía (‖ juventud o mocedad).
• Manir: 1. intr. ant. Permanecer, quedar.
• Marfusa: 1. f. ant. zorra
• Marrancho: [sust. masc.] (Navarra) Marrano, puerco.
• Medrar: 1. intr. Dicho de un animal o de una planta: crecer
• Melarquía: 1. f. desus. melancolía.
• Melona: 1. f. coloq. Mujer torpe o necia.
• Membrar: 1. tr. desus. recordar (‖ traer a la memoria). Era u. m. c. prnl.
• Mendosa: 1. adj. Errado, equivocado o mentiroso.
• Mentar: 1. tr. Nombrar o mencionar a alguien o algo.
• Mequetrefe: 1. m. coloq. Hombre entremetido, bullicioso y de poco provecho.
• Merodea: 1. intr. Vagar
• Mezcolanza: 1. f. coloq. Mezcla extraña y confusa, y algunas veces ridícula.
• Mialgia: 1. f. Med. Dolor de los músculos.
• Mimbrar: 1. tr. p. us. Abrumar, molestar, humillar. U. t. c. prnl.
• Minar: 3. tr. Consumir, destruir poco a poco.
• Mino: 1. interj. U. para llamar al gato (‖ mamífero félido).
• Misoneísta: 1. adj. Hostil a las novedades. U. t. c. s.
• Mocero: 1. adj. p. us. Dado a la lascivia y al trato de las mujeres. U. t. c. s.
• Mollinear: . intr. impers. lloviznar.

Idea original del tautogramme, Ma Mère.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

HE VUELTO A CAER...


Querido amigo,

¿Como estás? Yo… bien, aunque no estoy pasando por los mejores momentos de mi vida. No sé porque, pero empiezo a dar importancia a cosas que antes no me importaban. Valoro cosas muy profundas y algunas me entristecen...

Sigo sin tener noticias tuyas, pero me llegan rumores de que estás bien. Ya sabes que nosotros somos de aquellos que saben que aunque no se vean, están allí el uno para el otro.

Querido amigo, Sólo te escribo para decirte que he vuelto a caer...

He vuelto a caer en los mismos errores de siempre. He vuelto a caer en la ignorancia respecto a los demás. He vuelto a pensar que la gente es normal y que yo soy normal. He vuelto a confiar en la suerte y a pensar que todo el mundo va con buena fe en todo. He vuelto a darlo todo sin pensar…
Tú me conoces y sabes que voy con los ojos vendados en todos los aspectos sociales. Sabes que soy bastante cándida con todo lo que tiene que ver con las relaciones humanas. Soy torpe socialmente. Querido amigo, he vuelto a caer en los mismos errores de siempre…

Últimamente lloro mucho. Y me invaden sentimientos que desconocían, rabias impotentes, exasperaciones agotadoras, tristezas largas… Amigo, creo que me he vuelto a caer…

Querido, me pongo triste porque veo que pierdo amigos… Pierdo gente por el camino, aunque a menudo me acuerdo de aquella frase de Publio Siro que decía que "la amistad que acaba, es que no había comenzado". Espero no perderte a ti nunca, ya que seria muy duro, porque que te considero parte de mí. Tú eres como yo, sólo que yo me dejo llevar por la pasión.

Estoy rodeada de gente muy diferente a mí y cada vez me cuesta un poco más. No los entiendo... Amigo mío, no los entiendo. Llevo ya un tiempo en este país, no recuerdo si entendía a los negros, pero a algunos blancos, no los entiendo. Y supongo que ellos a mi tampoco. Juzgan mi manera de ser, pero no se ven a si mismos. Juzgan mis modales y después ellos faltan al respeto a la gente que más quieren. Muchos de ellos son muy poco comprometidos, pero sólo les importan los errores de los demás. Muchos son muy poco sinceros y son todos farisaicos y dolosos en todo lo que hacen. Parece que les resbala todo pero en el fondo la mayoría son todos podridos emocionalmente, susceptibles, fácilmente irascibles e incapaces de asumir críticas.

Me he vuelto a caer, amigo mío... y vuelvo a sufrir... Todo esto me afecta y me siento triste.

Tendría que ser más dura. Tendría que ser más rancia. ¿Cuantas veces me lo habrás dicho? Sé que me dirás que no podré, ya que me conoces. Pero realmente creo que tendría que ser más directa y que no me sepa mal tantas cosas. Al final te acaban toreando hasta los mediocres. Mediocres, rancios mefistofélicos, gente egoísta y pancista, personas averiadas, pérfidas, ridículas y perversas, gente estropeada anímicamente, gente descompuesta mentalmente, incapaz de asumir su propia vida…. Mediocres que carecen del suficiente valor para enfrentarse a los con quienes tienen que enfrentarse de verdad y solo se encaran con los que menos les han hecho. Mediocres, gente gris y sumamente mediocres, mediocres en su vida personal, mediocres en sus relaciones, mediocres en su ser…

¡Amigo! Me he vuelto a caer…

Ahora sé que es difícil tener un amigo de verdad. Irrisoria realidad. Por suerte te tengo a ti, y a muchos otros que me hacéis ver que lo que ven los raros con quienes me “malrelaciono” no es la realidad. Yo soy aquella que ves tú. ¿Verdad? Espero seguir siéndolo. Y espero no perderte nunca.

He vuelto a sentirme decepcionada y te quiere decir, amigo mío, que he vuelto a caer, a caer en los mismos errores de siempre.

No estás aquí, pero agradezco al azar poder apoyarme en estos tiempos, en la gente admirable y excelente, cuya compañía tengo el honor de disfrutar. Me siento afortunada porque son mucha gente, gente a la que entiendo, en quiénes confío y a la que quiero; Amigos estimables que saben que nadie es perfecto, ni ellos, ni yo; Amigos incondicionales que sólo me quieren por ser “Yo”.

Aunque no tenga noticias tuyas, amigo, sé que estas muy bien y esto me tranquiliza. No hay nada mejor que saber que la gente que quieres a parte de quererte, está bien

Te quiero, querido amigo.

Cuídate...

Y como se dicen la gente que se quiere,
Tuya, para siempre…

Pasaje de "Cartas a un amigo", de Las cartas de Yaïvi


jueves, 3 de diciembre de 2009

NO ME COMO NI UN ROSCO


Lo peor en esta vida es que la gente tenga una imagen de ti totalmente distinta a la que tengas, o quieras dar, o piensas que das. Sabía que como ser humano, somos tres cosas a la vez. La primera es lo que pensamos que somos. La segunda es lo que piensa la gente que somos y la tercera es lo que somos realmente.
Por mi parte, la primera y la segunda, distan tanto que roza la ridiculez.

Los negros ya saben que cualquier chica africana es contenta, reboza juventud y es de muchas risas por naturaleza. Un negro ya sabe que yo soy así y punto. Pero los blancos tienen una idea de mi que no se de donde la sacan. Yo no soy una chica fantástica, ni una chica guay, ni superdivertida, ni un huracán de alegrías. Soy una chica normal. Con mis alegrías, y mis cabreos, un poco radical y terca. A veces me aburro, muchas veces lloro y otras muchas veces estoy triste. Hay gente que me cae mal. A veces tengo muchos problemas personales. No siempre me lo paso bien en todos los sitios. Y siempre tengo problemas por las ideas equivocadas que la gente tiene de mí.

Todos los blancos se piensan también que soy una mujer con ansias de placer y con ganas de comerme la vida o todo lo que se me ponga delante; que conozco a un montón de gente y que para mí cada día es una fiesta. Todos se piensan que mi vida es un laberinto de emociones fuertes y de vivencias orgásmicas. ¿Qué más quisiera yo? Pero nada más lejos de la verdad. Mi vida es, en muchos aspectos, un encefalograma plano. No me como ni un rosco y mis conocimientos sexuales rozan los mínimos, para no decir la castidad. No alcanzó ni la decimocuarta parte del Kamasutra…
No tengo ninguna lista de hombres, presuntos pretendientes, o futuros novios. No ligo. Y como buena ex-alumna de un colegio de monjas, solo quiero estabilidad, normalidad, un novio que me quiera, y mi pequeña vida tranquila.
Pero no se por que arte, todos los hombres que se cruzan por mi vida, solo quieren sexo y diversión sin complicación. No se si llevo gravada la palabra sexo en la cara, o si es mi culo enorme que les incita a pensamientos perversos o simplemente que tengo cara sicalíptica. ¡No lo se...! Y todos, como gregarios, se piensan que soy un diez en la cama y que tengo un polvo que me cago. ¡Por favor!
¿Donde están los hombres que quieren estabilidad?
¿Acaso para un blanco, ser risueña quiere decir ser segura? ¿En Europa, ser chistosa y habladora, significa ligona? No lo entiendo. Blancos raros que se piensan que soy una tía súper segura, sin miedos, sin complejos, muy completa y con estabilidad emocional...Todos se piensan que soy la hija de la reina de Saba, vamos, la leche.
Nada que ver con la realidad. Tengo muchos miedos, soy insegura, acomplejada, tímida (sí... aunque no lo parezca). Soy muy vergonzosa. A parte, soy patética amando y mi vida sexual… pues nada. Eso. Que no me como ni un rosco.

Que infelicidad llevo encima pero que contenta que estoy.

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