lunes, 24 de diciembre de 2012

A MÍ, LOS ORGASMOS ME HACEN LLORAR...


Dicen que hay sensaciones tan fuertes que quien goza de ellas, no puede olvidarlas jamás. Dicen que hay placeres tan benditos que quien los disfruta ya lo ha vivido todo. Excitaciones parabólicas y placeres penetrantes… dicen que existe todo eso.  Y he buscado en la vida, he buscado en los libros, he buscado en las costumbres transcendentales este tipo de placeres que yo no he vivido jamás. Los he buscado dentro de mí. Y  he mirado en mis frustraciones y tampoco los encontré. ¿Acaso me marchitaré sin sentir aquello? A mí, los orgasmos me hacen llorar…

Y de repente están al alcance de mi mano. Aceleración cardiaca y corazón desbocado. Cuerpos arrimados y alegría encarnizada. Caballos galopantes y respiraciones entrecortadas. Y mi vida empieza a dar vueltas y yo giro, giro y giro en un torbellino de sensaciones y de emociones en las que me siento perdida, confusa. Dios. A lo mejor es esto. Entonces ¿por qué no siento ninguna culminación que me haga gritar con los ojos abiertos y los músculos tensos? ¿Por qué no siento ninguna exaltación que me deje exhausta y con ganas de dormir? No siento ningún gozo de esos que dicen que hacen perder la cabeza. Sólo siento tristeza y nostalgia, dolor y pena. Sentimientos aplastadores y cruenta exaltación que me hacen dar la espalda a mis vergüenzas y llorar como si de mi no dependiera nada. Orgasmos de pacotilla… ¿Por qué siento soledad? ¿Por qué siento debilidad y melancolía?

Quiero cosas que no tendré jamás porque lo que tengo no me vale. Infelicidad pasional de los que no disfrutan de nada. Quisiera sentir como sienten los demás. No creo que sientan ellos, esta amargura que siento yo cuando mi exaltación está en su momento más alto. Quiero placeres de verdad. Quiero más. Quiero todo. Quiero gozar de todas las sensaciones, de las que he oído hablar. Placeres desconocidos. Sólo tengo ansias de llorar como si entrasen dentro de mí más y más frustraciones. A mí, los orgasmos me hacen llorar...

No tengo ganas de nada y nunca quiero que me toque nadie. Qué ganas de gritar. Mi cuerpo está dolorido por la vida y mi inconsciencia ya no quiere desvelarme nada. ¿La vida no es más que eso o eso ya lo es todo? Qué lástima… Desdicha de las cumbres no alcanzadas. Me dan ganas de esconder la cabeza porque sólo soy una perdedora y una frustrada. Una apática insensible y desapasionada. Una amargada.  A lo mejor tendré que seguir buscando, tal como hacemos todos, basando nuestra felicidad en búsquedas sin fundamentos. No hay nada más doloroso que un orgasmo inalcanzado cuando los demás hablan de palpitaciones, de calores y de deseos. 

Tengo ganas de dejarme amar, ganas de dejarme poseer y de dejarme hacer. Tengo ganas de dejarme querer aunque yo no me quiera y no tenga ganas de mí.

A mí, los orgasmos me hacen llorar….

lunes, 17 de diciembre de 2012

LA DESPIGMENTACIÓN.


Dicen que nadie está contento con lo que tiene. El que tiene el pelo liso, lo quiere rizado y el que lo tiene rizado lo quiere liso. El que tiene la boca pequeña, la quiere grande y quien la tiene grande, la quiere pequeña… Pero una cosa es una cuestión de pelo o de algún elemento o artilugio externo y otra muy distinta es una cosa tan fundamental y tan preciosa como  la piel, tegumento externo que cubre y protege el cuerpo.

En el Dahomey como en muchos otros países del África occidental y del África central, tener la piel clara es un símbolo de riqueza, de bienestar y de belleza. Para muchos, la mujer ideal es la mujer de piel clara; y cuanto más clara mejor. Y la piel negra, relegada a rangos peyorativos es considerada como un indicador de la fealdad más absoluta.
El color claro se ha sobrevalorado a lo largo de la historia generando un complejo de inferioridad promovido por los propios negros, que alaban todo lo que es blanco. Publicidades por la tele, propagandas engañosas que prometen un blanquecimiento rápido y perfecto.

Despigmentación: f. Pérdida total o parcial del pigmento natural de un órgano, en especial de los tegumentos (dermis).

La despigmentación es el hecho de utilizar productos químicos para aclarar el tono de la piel. La despigmentación es cuando los negros usan productos para tener la piel más clara. El “bodxu” o la despigmentación en lenguaje fon, es una práctica muy extendida entre hombres y mujeres, pero más entre las mujeres; chicas jóvenes y guapas que tienen un color negro bonito pero que se blanquean la piel.

Utilizan jabones, cremas mezcladas con lejía, líquidos que se usan para lavaje de clichés fotográficos, agua acidulada, productos con residuos de mercurio y cremas hechas a base de hidroquinona y de cortisona. Cremas carísimas que se usan dos o tres veces al día para obtener resultados rápidos. Un proceso vicioso que cuando se empieza, no se puede parar porque sino la piel se vuelve más oscura que antes.

Pero no hay milagros. El tono negro se va pero el nuevo tono no tiene nada que ver con el tono claro deseado. El nuevo tono de piel tiene un color asqueroso, tirando entre al granate y al amarillento oscuro y rojizo, un color antinatural y enfermizo.
Y la piel machacada no tarda en reaccionar. Muy pronto, se notan quemaduras, erupciones cutáneas y lesiones irreversibles. La piel pierde elasticidad y se abren las estrías que salen por doquier, incluso por la cara. El tegumento externo pierde sus propiedades y sus facultades: las heridas ya no cicatrizan rápidamente como antes y algunas incluso se pudren. La despigmentación provoca malos olores corporales e hiperpilosidad que es la aparición de pelos por todas partes, incluso por toda la cara… La despigmentación destruye la melanina, lo que provoca en muchos casos propensión al cáncer de piel. La hidroquinona tiene consecuencias dañinas irreversibles y los productos con residuos de mercurio provocan trastornos cardiovasculares y respiratorios. 

Es fácil reconocer a una mujer despigmentada, porque se le oscurecen las uñas, y se le quedan más oscuras la piel de los codos, de los nudillos, de las rodillas y de los dedos del pie. Y tienen manchas por todas partes por lo que muchas usan gafas o fulares constantemente para esconder las imperfecciones debidas a una arrepentida despigmentación.

Los blancos se torran al sol para ponerse morenos. Los negros usan productos blanquecedores para ponerse blancos y claritos… pero la diferencia está en que el moreno del blanco se va y vuelve cuando él quiere, y lo del negro ya no tiene marcha atrás. La diferencia está en que al blanco le queda un moreno ejemplar y bonito y al negro le queda un color insalubre. La diferencia está en que los productos del blancos tienen prospectos y los del negro no llevan ni fecha de fabricación ni ninguna firma a la que denunciar en caso de agravios.

Hay muchas plataformas de sensibilización que advierten de los peligros de la despigmentación, páginas que promueven la belleza de la piel negra y la dignidad de la aceptación de un color... Pero sigue habiendo gente hoy en día que continúa comprando productos nocivos para su piel como consecuencia de su mente enferma y de sus complejos.

Franz Fanon dijo en su libro “Pieles negras, mascaras blancas” que el hombre negro, cual traidor, se siente avergonzado por su color de piel y intenta hacerse blanco…” Tener la piel blanca no nos hará blancos. Lo que uno tiene naturalmente es lo que uno es. Cada piel es bonita. No hay ninguna que sea mejor que la otra.

Cada uno es libre de hacer lo que quiera. Esto por descontado. Pero poner en peligro la salud por un estereotipo absurdo, es vergonzoso.


“Mujer desnuda, mujer negra
Vestida con tu color que es vida,
Con tu forma que es bellaza…”

Cantaba Leopold Sedar Shengor.


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lunes, 10 de diciembre de 2012

LOS NOMBRES AFRICANOS.


Todos los africanos o la mayoría de ellos, tienen varios nombres. Una larga lista compuesta por nombres étnicos, coloniales, religiosos… Elegir y dar un nombre a un niño es toda una ceremonia en la que todos los detalles son meticulosamente examinados. Un nombre bien escogido es positivo e influye sobre la vida del que lo lleva y por lo mismo, un nombre mal escogido es nefasto y hunde de por vida a su portador.  Para nosotros en el Dahomey, el nombre es lo que determina la persona, su carácter, su vida, sus costumbres y sus raíces. Una identidad entera reunida en una palabra. El nombre es una potencia mágica porque allí, se conoce a la gente por su nombre.

Según las tradiciones Fon, Mina e Ashanti, los nombres de los hijos se deciden dependiendo del día de la semana que nacen. Esta costumbre viene del reino Ashanti, desde el Rey Osei Tutu y se ha difundido como práctica en los reinos de alrededor.

DIA DE LA SEMANA
NOMBRE DE CHICA
NOMBRE DE CHICO
Lunes
Adtxua
Kodtxo
Martes
Abla - Abena
Comlan - Kobena
Miercoles
Akua
Koku
Jueves
Ayawa
Yao
Viernes
Afi – Afiavi
Kofi
Sábado
Ami
Kuame
Domingo
Esi – Esie
Kosi










Otra particularidad a la hora de nombrar a los niños es la posición de nacimiento, el lugar que ocupa el niño entre sus hermanos. Nombre decisivo porque sabiéndolo, la gente te trata de una manera o de otra. No es lo mismo el hijo mayor que lleva las responsabilidades, que el benjamín que siempre es el favorito de los padres.
Dicen que hijos mayores son los más fuertes porque son los que llevan la carga de los otros hermanos. Los que nacen en segunda posición tienen mucha suerte y tienen una vida más fácil porque tienen a su hermano mayor para que les encienda el fuego y su hermano pequeño para que les haga la cama. Los que nacen en tercera posición son los más temerarios, los más osados y los más testarudos. Y los que nacen en cuarta posición siempre son los preferidos de su madre. No es raro oír decir “Este parece un hijo menor” viendo actuar a una persona un poco torpe.

ORDEN DE NACIMIENTO
CHICO
CHICA
1
Orou – Dodji
Gnon – Ahuefa
2
Chabi
Bona
3
Bio
Bake
4
Boni
Bougnon







Tener de primero, una niña es signo de paz en la casa, por esto se llaman Ahuefa que quiere decir “hay paz en la casa”. Aunque también dicen los proverbios que las niñas nacidas en primer lugar se parecerán a la madre y se llevarán muy mal con ella. Tener de primero un niño viene acompañado de épocas duras y de penurias familiares y económicas. Por esto se llaman “Dodji”.

Pero no sólo los días de la semana, o la posición determinan el nombre. También lo hacen, las creencias religiosas de los padres, las circunstancias de nacimiento del niño, la situación familiar en aquella época, la figura de un antepasado protector o la influencia de algún honorable miembro de la familia. De allí que hay niñas que se llaman “Senami” que viene a ser literalmente “Dios me ha dado”  por las parejas que han buscado hijos durante mucho tiempo; O “Mawunyon” queriendo decir “Dios es bueno”. Olamide es “Mi felicidad ha llegado” o “Fifame” que es “En la paz”. “Sonaño” es “Mañana será mejor”

La niña que nace después de la muerte de su abuela se llama “Yabo” que quiere decir “La abuela ha vuelto” Los niños inesperados se llaman “Yemalin” o “Yedia”.  Y Chemilogo es para niños muy deseados. “Ayo” es Alegría. “Dosu” es para niños nacidos después de unos gemelos; “Kande”, cuando nace una niña después de muchos varones y “Alihonu” cuando un niño nace por el camino mientras su madre se dirige a la maternidad.

También se decide el nombre del niño en función de su estado físico o por el nombre de su Vudú, porque igual que los santos en el cristianismo hay un Vudú para cada uno en el animismo. Como “Sosu”  que es un nombre para el primer hijo de un adepto del Vudú Heviôsô. "Yaïvi" es el nombre de una niña futura Vodunsi. Y la primera hija de de una "Yaïvi" se llama "Akpalè"...

Y después hay otro nombre. El nombre más místico, el más sombrío que digamos por su peligrosidad, que es el nombre que da el Fâ, nuestra geomancia. Este nombre es el nombre real, el que determina la propia persona. El nombre que da el Fâ es el nombre de la esencia de cada uno. Ese nombre eres tú. Un nombre por el que nadie te llama.  Porque solo con que alguien lo sepa, puede tener tu alma a su voluntad y jugar con ella. El único nombre que hay que esconder porque cualquiera que lo sabe puede tener poder sobre ti, ya que es tu nombre, el nombre de tu espíritu. Un nombre que solo se usa a la hora de las ceremonias animistas. El que te pregunta “Cuál es tu nombre según el Fâ?” no te quiere porque teniendo todos los demás nombres, tiene de sobra para llamarte. El nombre del Fâ es un nombre que los padres susurran al oído de sus hijos y les instan a no decirlo jamás, a menos que sea en una ceremonia animista a cortinas cerradas. Un nombre oculto cuyo simple sonido eriza los velos. Un nombre necesario para los animistas y para ceremonias de purificación, de fertilidad, de protección y de suerte… Nombres que no se escriben ni en un papel para que no caiga en mano de nadie. Todo el mundo tiene uno. Yo tengo el mío. Pero como comprenderéis, aquí no es lugar para escamparlo…

Y a todos estos nombres, se puede añadir algún nombre católico o colonial para completar. Por lo que a veces los dahomeenses tienen varios nombres en su carnet de identidad. Uno por el día de nacimiento o por  su posición  en la familia, otro por su Vudú o por las circunstancias de la familia, el nombre de su Fâ y otro nombre occidental sacado del calendario gregoriano.

Ejemplos de nombres de Benín:

Fèmi: Casáte conmigo  Señimexe: “Dios es mi aliado” …

Ejemplos de nombres nigerianos:

Ndulu : hermano - Obi: Corazón - Chinaka: dios decide - Ima: caridad - Nilaia : Trae la felicidad.

Ejemplos de nombres de Kenya, Tanzania y Uganda:
Aki: inteligente - Amani: paz - Jalia : Honorar - Mosi: el primogenito - Nijajsaj o Nihahsah : princesa negra

Ejemplos de nombres de Camerún:
Masoma: Gracias - Mwayé: la luz

Nombres de Angola, Congo y Gabón:
Luyuma: Bonita flor - Miezi: luz de las estrellas - Matondo: Gratitud y reconocimiento - Namibi: Escudo de fuego - Wasakumunua: el bendecido o la bendecida - Nzola : amor

Nombres de Senegal:
Binta - N’deye – Touti - Sokhna  - Nafi – Safi - Awa

El nombre es identidad y es lo que define nuestra personalidad. Así que, pensadlo bien antes de poner un nombre a vuestros hijos.


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Ejemplos de nombres según los países: fuente => http://www.africabeninculture.org

lunes, 3 de diciembre de 2012

LAURA SE CASA CON EDU.

Laura se casa con Edu. Buena noticia.
Y nada imperfecto, si no fuera por la pregunta que todo el mundo acaba haciéndole.
Laura es española y Edu es de allí de las tierras calientes de Sudamérica donde lo único que tienen es una hospitalidad y una generosidad incrustada en el corazón. Y simplemente porque él es de allí, todo el mundo les hace la misma pregunta con una ironía evidente.

“¿Pero os casáis por los papeles?”

Y si se casan con papeles, ¿Qué? ¿Acaso no llevan más de cinco años juntos? Si ya llevan más de dos años viviendo juntos ¿Acaso no es normal que se casen?
La gente se casa por muchos motivos. Algunos que se casan para hacer felices a sus padres. Otros, para salvar su vida de pareja. Algunos se casan porque no quieren tener hijos sin estar casados. Otros lo hacen porque creen en el matrimonio y muchos otros se casan por capricho mientras que otros lo hacen por papeles… Y en todos estos casos, los que se casen, antes que nada lo hacen por amor.

Hay gente que se casa por papeles. Sí. Pero es gente que se ama primero; gente que lleva mucho tiempo saliendo y que al final no tienen más remedio que formalizar esta unión para ayudar, entre paréntesis, a la otra persona. Si yo tuviera en mi mano ponerle las cosas fáciles a mi pareja, lo haría. No dudaría en casarme con él, porque no podéis imaginar lo difícil que puede llegar a ser la situación de alguien en un país con unas leyes que son intransigentes con según qué ciudadanos.
Quien nunca ha estado en una cola de inmigración, no sabe lo difícil que es. Colas interminables, números de turno, justificantes, permisos de residencia, traducciones juradas, homologaciones… no os lo podéis imaginar. Y después de horas en una cola, otras horas en otra, cuando por fin te dan los papeles, nadie te garantiza que te vayan a dar trabajo. Porque tendrás la nacionalidad y te cambiará el pasaporte, pero tu cara, tu color y tu acento siguen siendo iguales.  
Si ya no es nada fácil con nacionalidad, imaginaros sin papeles. Por lo que muchos… Sí. Muchos… no dudan en casarse con la persona que más aman y que ha cometido el único delito de ser de un país pobre.

¿Qué tiene que hacer laura? ¿Ver como Edu va buscando trabajo sin encontrarlo? ¿Ver como no puede tener acceso a la asistencia medica porque no tiene papeles?
Aprueban leyes raras que ponen a muchos en un ultimátum emocional en el que el romanticismo de un bodorrio se ve manchado por unos fines vergonzosos a los ojos de la sociedad.

¿Que más da que se casen por papeles si están enamorados?

Y muchas parejas interraciales se avergüenzan de admitirlo. Muchas novias bajan la mirada porque queda mal decir que lo hacen “también” por los papeles. Y muchos novios se sienten incómodos porque no saben cómo decir a la gente que “también” lo hacen por los papeles. Vergüenza e incomodidad cuando ves la sombra del “claro…” irónico en la mirada de los demás. Extranjeras que se sienten mal porque no hay manera de justificar que “también” hay amor… Hay gente que tiene que justificar que su pareja tiene sus papeles en regla para quitar esta ironía de las miradas.
Laura se casa con Edu, porque ama a Edu y Edu se casa con Laura porque ama a Laura…Porque hay cosas que sólo se hacen por amor, como  casarte con la persona que quieres para darle una nacionalidad que le permita tener una vida “normal” en su país de acogida.

Porque al fin y al cabo, no quieren la nacionalidad para ir a sentarse en un bar a tomar cervezas. No quieren la nacionalidad para ensuciar las calles y cometer actos delictivos.
Quieren la nacionalidad para trabajar, sabiendo que tampoco ganarán ninguna fortuna. Quieren la nacionalidad para cotizar. Quieren la nacionalidad para tener acceso a la sanidad. Quieren la nacionalidad para tener una vida menos difícil. Que no más fácil. Quieren la nacionalidad para la tranquilidad del alma de su pareja, porque no hay nada más difícil a soportar que saber que la persona que quieres no es considerada ni como persona por la ley de tu país.

Ya sé que mucha gente ha convertido esto en un negocio en el que  te casas con alguien, pagando unos cuantos dígitos de euros para obtener la nacionalidad. Ha habido tanta gente que lo ha hecho exclusivamente por este fin, que ya nadie considera la parte de amor, cuando hay un matrimonio interracial.

Y parece que sólo lo hagamos los de países pobres cuando he visto a un español que se ha casado con un americano para tener acceso a una vida en común en América. He visto a alemanes, que se han tenido que casar con franceses, para tener acceso a los mismos derechos que los franceses porque en Francia estaba lo que les importaba. Entonces ¿por qué sólo se nos mira a nosotros? Ojala tuviéramos todos, libre circulación y que todos los países tuviesen un estado de bienestar…
Si Edu fuera americano, nadie diría nada. Si Edu fuera alemán, nadie diría nada.

Hay personas que se casan por los papeles porque se aman.

Que pena tener que estar justificando el amor, cuando lo que haces, lo haces por amor… Así que ojala dejen de mirar a las parejas como Laura y Edu con escepticismo porque se casan el uno con el otro…
Felicidades a los enamorados que se casan por los papeles pero que lo hacen sólo porque se quieren. ¿Qué más da casarse por los papeles, si también hay amor?

Se casan por los papeles porque se quieren. Y ya está.

Nada más.

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