lunes, 11 de febrero de 2013

LA CIRCUNCISIÓN.


En el antiguo Dahomey, la circuncisión es considerada como un claro símbolo de madurez, de pureza y de limpieza. Y todo niño para ser hombre, tiene que pasar por el ritual de la circuncisión. Allí, Un hombre que no tiene hecha la circuncisión es considerado como inmaduro e incompleto. Y no estar circuncidado es motivo de injurias y un insulto allí donde todos lucen orgullosos sus cicatrices.

En muchas etnias del antiguo Dahomey, la circuncisión es considerada como un acto tan religioso como tradicional.  Todo el mundo la tiene hecha: los católicos, los musulmanes y los animistas. Ya es tradición. Y en la mentalidad  popular, los hombres tienen que estar circuncidados.

En el Sur del país,  la circuncisión se hace a los niños de temprana edad y se considera simplemente  como signo de higiene para evitar infecciones ligadas al prepucio.
Pero en algunos pueblos del norte, es toda una ceremonia reservada a los chicos mayores. Cada año, en la época de las cosechas,  seleccionan  al grupo de chicos no circuncidados para prepararlos para el gran acontecimiento. Les rapan la cabeza dejándoles un mechón de pelos en la nuca como signo identificativo y tienen que llevar un calzoncillo como única prenda. Durante todo el proceso, tienen que tomar  mejunjes fitoterapéuticos para evitar tener una hemorragia fatal.  El día de la ceremonia, todos los “semihombres” como los llaman, se juntan en una plaza, separados del público por una especie de biombo hecho de ramas de árboles. Un público grandioso, formado por la cantidad de gente del pueblo y de los pueblos alrededor que vienen a la festividad de la circuncisión. El candidato a ser circuncidado, va hacia el “circuncidador” abre las piernas delante de él y levanta las dos manos hacia el cielo. Justo cuando le cortan el prepucio, el candidato ya hombre, salta y entona una canción que los otros candidatos cantan con él. También tiene que bailar para mostrar su alegría al ser considerado “hombre” por todos.

Una intervención sin anestesia para probar la justa virilidad del joven que tiene que aguantar el corte sin gemir o quejarse.  Una costumbre tan incrustada en la mente de las personas, que el chico que llora, que grita o que teme ante el instrumento de circuncisión es un paria y la vergüenza cae sobre él para siempre. Los que lloran o gritan en su ceremonia de circuncisión acaban huyendo del pueblo porque son la vergüenza de su familia. El miedoso, es repudiado por su familia y pierde el derecho a casarse o a ocupar un puesto de responsabilidad.

Ahora en la actualidad, muchos de esos jóvenes, por miedo al dolor, abandonan el pueblo antes de la mayoría de edad para evitar el trauma de la circuncisión. Pero son minoría, ya que la mayoría de los jóvenes quieren pasar por este trago. Incluso algunos, los que viven en el extranjero, vuelven a su pueblo para hacer la ceremonia y ser declarados “hombres de verdad” aunque ya hayan pasado la edad de circuncisión. A veces incluso según qué puesto en política o de líder, es imprescindible estar circunciso porque sino nadie te respeta ni te elige como tal.

Aquí en Europa, la cosa es totalmente distinta. Aquí la circuncisión no tiene nada de especial. Es una operación más y lo hace quien lo necesita. Los blancos no practican la circuncisión como tradición ni con rituales. Y los negros se llevan las manos a la cabeza al ver un blanco no circuncidado. Queda raro porque para nosotros es primordial y de importancia vital, aunque nadie nunca nos ha explicado por qué.

Cuantas cosas nos quedan por saber…

http://yaivi.blogspot.com


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Yaivi, soy circunciso. No soy judío. Me la hice siendo casi un adulto. Lo decidí yo. No se si soy más o menos hombre por ello. No se si soy más o menos hombre. No se si soy más o menos. No se si soy más. No se si soy menos. No se si soy. No se. Se que eres.
Además de ese trozo de piel, me faltan muchas otras cosas, especialmente cosas que no se definen con una palabra.
Prepucio es una plabra.
Dolor es una palabra. Amor es una palabra. Melancolía otra.

:( dijo...

¿Qué respuesta podría tener?
La hombría no reside en algo tan insignificante...

Sisma dijo...

yo si tengo respuesta: por supuesto que no

Sisma dijo...

No entiendo por qué no publicas el comentario que dejé ayer ¿?

Anónimo dijo...

Pues a mi me perdonarán, pero me parece una salvajada circuncidar a alguien, sin anestesia, para que demuestre su hombría. Igual que me parece que la ablación es otra barbaridad...

Aquí no se circuncidaba, aunque cada vez se hace más. Eso sí, las operaciones de fimosis son bastante habituales.
También el ir aplicando una crema durante unos días para "ablandar" y luego pegar un tirón... Otra burrada, a mi entender...

Ahora hay muchos médicos que están en contra de la operación de fimosis y de la cremita y el tirón. Empiezan a oírse voces diciendo que, si a los niños no les supone una molestia ni les duele, hay que esperar a la pubertad, porque al crecer el miembro se "abre" por si solo y sin problemas.

Ah! Y por lo que sé, en USA es rarísimo también que alguien no esté circuncidado!

Besazos!
Aurora

baston dijo...

Es una costumbre muy popular en muchos sitios. Se ha dicho incluso que protege un poco contra la infección del sida. Pero no ha habido estudios claros que lo demuestren, como ocurre con otros argumentos que hablan en su favor.

Ahora tendré cuidado de mostrar mi miembro no circuncidado cuando vaya a africa, no quiero causar mala impresión xD