lunes, 25 de octubre de 2010

ETERNA ADOPTADA.

Yo nunca he vivido con mis padres. No recuerdo nada de una vivencia con ellos.
Desde mi temprana edad, siempre he vivido en casa de los demás. Toda mi vida, he sido hija de los demás. Intentando mezclarme tan como he podido en familias de adopción. Intentando clonarme, mimetizarme en hijos de los demás. Y esto, a tales niveles tan perfectos, que muchas veces, a la gente desde fuera, le cuesta recordar que sólo soy una hija prestada y que mis padres en realidad no son mis padres.
He pasado tanto tiempo fuera de casa que siempre, llegase a la casa que llegara, muy rápidamente tal un camaleón, me adapto a todo y en un tiempo record. No sé ni como lo hago. No me traumatiza, ni me resulta difícil. Nada me asusta en vivir con padres o familias de los demás; familias que en realidad no son mías. Quizá porque sencillamente, soy una eterna adoptada.

Cuando digo adoptada, no hablo en el sentido estricto de la palabra, porque tengo padres y porque siempre he sido adoptada entre "cometas". Es que hay situaciones en la vida, en las que uno da vueltas de aquí allá, y de allá a más allá. He sido adoptada a veces por obligación de leyes familiares, y otras veces por elección y decisión. He sido prestada algunas veces porque era lo que toca y lo que había, e incluso otras veces, porque no había más elección.

Eterna adoptada, he pasado toda mi vida intentando ser la mejor hija posible para mis familias de adopción. Eterna adoptada, he pasado toda mi vida abrazando a madres de los demás, a padres de los demás, familias enteras que tome prestadas y ellos a cambio, a mí como hija…
Eterna adoptada, siempre he hecho todo para caer bien, usando toda la educación y todo lo aprendido a lo largo de todas mis estaciones. Eterna adoptada, dando siempre más que los serafines biológicos para recibir a veces menos gratitud y justiprecio. Después de todo, al amor prestado, siempre se le ve más desperfectos.
Eterna comida de coco de no saber nunca cuál es tu lugar, qué es lo que tienes que hacer, qué es lo que has hecho mal y no poder evitar haces comparaciones absurdas cuando ves que el agujero es muy grande.

Siempre he tomado prestada la familia de los demás, padres, hermanos, amigos, tíos, abuelos, barrio, costumbres, lugares, todo, de los demás. Intentando hacerles míos a niveles perfectos, para no sufrir la falta de lo que tendría que estar dentro de mí. He tomado prestadas cosas de lo más surrealistas. He tomado prestadas tantas cosas que al final, todo lo que tengo, lo tengo prestado. Y todo esto, aunque parezca indudable que sea mío, a veces me parece inestable, movedizo y tan prestado que se me acelera el corazón, porque me doy cuenta de que en realidad, no tengo nada.

He intentado hacer mías tantas cosas… Intentar hacer mío, que no robar aunque a veces algunos me han visto como un rapaz capaz de afanarlo todo o una hiena usurpadora que viene a hurtar. No saben que los sentimientos no se roban. Todo lo que se me ha dejado, ha sido por voluntad de los que me lo dejaron. Y si me adapto es porque soy una nómada, una acreedora de sentimientos.


Eterna adoptada, todo parece mío pero nada lo es de manera tan tangible como en casa de mi madre o en casa de mi padre. Y aunque soy experta en ajustarme muy rápidamente a todo, pues a veces no sé ser más hija de lo que pueda ser o de lo que he sido. Después de todo, mi madre nunca me ha pedido, ni me pide más…Que la oí una vez decir a sus amigas cuando se pensó que yo no la escuchaba: “Es tan buena hija… No os podéis imaginar, tiene un corazón así…”

Ella no sabe que yo muchas veces lloro porque me sabe mal dar tanto a otras tantas madres que he tenido y darle tan poco a ella. Ella no sabe que yo hago de “sobrehija” para ser hija, cuando ella de mi, sólo tiene migas y encima le basta. "Sobrehija" para ser hija, porque a las prestadas siempre se les pide más. He ayudado en todo, me he ofrecido para aliviar cargas, he estado allí siempre, cuando los querubines biológicos no querían estar y nunca es suficiente. Nunca, nunca es suficiente. Siempre hay un repunte de sermón. Es horrible ser prestada.

Muchas veces, tal cenicienta, me he quedado sentada en un rincón, cándida e pavorosa, viendo los arrumacos y las lagoterías biológicos. Nunca, nunca los he envidiado ni me han hecho plantearme nada. Para mí, la vida era esto que había, es esto que hay y nada más. Y también porque cuando eres una hija prestada, tienes mucho más defectos. Después de todo, ellos están su casa, con sus leyes intangibles y sus verdades absolutas. Igual que yo, igualito que yo, en mi casa.

Yo nunca he querido ser adoptada y siempre lo he sido. Y me he pasado años de mi infancia apoyada en mi ventana, mirando el camino, anhelando ver la silueta de mi madre. Y a veces aparecía, como un milagro, un día como otro. Recuerdo que yo nunca, nunca lloraba delante de ella. Pasará lo que me pasará. Me hubiera encantado decirle que a veces me sentía sola. Me hubiera gustado decirle que a veces lloraba por la noche y también que me dijera por qué siempre son mejores los biológicos que los prestados… No quería que se preocupara lo más mínimo por mí, porque intuía que ella también por las noches lloraba. Recuerdo que sólo una vez le pregunté, por qué tenía que tener yo, prestadas, familias de los demás, teniendo un padre y una madre. Nunca le he dicho nada de todo lo que me pasaba y me pasa dentro. Pobre Yaïvi. Yaïvi ella, no yo, que siempre ha querido ser madre y nunca ha podido. Leyes ocultas y culturales. E entonces otra vez cogía el camino y se iba y yo me quedaba mirando hasta que desaparecía de mi vista. Cosa que odiaba porque no era que ella desapareciese de verdad, sino por las lágrimas silenciosas que me llenaban los ojos. Aún ahora me encantaría hacerle las mismas preguntas y decirle las mismas cosas, porque sigo sintiéndome sola y sigo viendo que los biológicos son siempre mejores que los prestados.

Qué triste es ser una hija prestada. Conozco más a las madres de los demás que a la mía propia. Suerte que jamás me lo tendrá en cuenta. No es que lo sepa, es que estoy segura de ello.
Soy feliz de tener la familia que tengo ahora, la de antes también y la anterior a la de antes. Es que cada una ha sido diferente pero siempre encuentro a faltar cosas que ni sé explicar, cosas que me hacen pensar.

Aún gracias que haya gente que se deja prestar o me dejan prestar lo que es muy suyo, y que yo, a mi vez me dejo prestar como hija. Pero a veces, como hoy, me da un poco de tristeza de pensar que nunca he disfrutado plenamente del “gozarlo porque es todo tuyo”.
A lo mejor me estoy volviendo blanca pero siento cosas que no sé que son. Siento cosas que no puedo explicar. Pero es que es tan difícil ser una eterna adoptada….

He vivido tanto en casa de los demás, que ahora de mayor, a veces cuando estoy en mi propia casa, en casa de mi madre o en casa de mi padre, en algunos momentos, me invade un miedo, con el corazón desbocado y latiendo a toda velocidad. Miedo aterrador que me deja angustiada. Miedo a no ser buena hija o a que me juzguen. Miedo que pasa rápido porque me doy cuenta de que estoy en mi casa y que esto, es sólo un reflejo adherido de tantos años en casas de los demás. Y entonces me siento tranquila, como cuando flotas con los brazos abiertos, porque sé que no es ningún examen, y que haga lo que haga para mis progenitores será lo mejor. Porque no me engaña la sonrisa de mi padre, aquella de orgullo, la misma que tiene desde que yo era pequeña y la de mi madre cuando le dicen que me parezco a ella.

“Los hijos de mi madre factora no tienen ojos, y sin embargo me dice que soy la primera ciega que conoce. El amor prestado siempre tiene defectos.”
Y me acuerdo de la canción que compuso mi madre para mí. Aire antiguo y canción melancólica que es aún más bonita si se mezcla con cosquillas.
“¿Dónde está mi hija? No la veo. ¿Dónde estará ahora? Decidle que venga, que yo sólo la quiero a ella”.
http://yaivi.blogspot.com/

9 comentarios:

anna dijo...

ei, nena, em sorprèn tant llegir segons què per blogggggggg. el que dius és trist però bonic. l'únic que et puc dir des de fora és que tots els teus pares i mares que conec t'estimen i desitjen el millor per tu. i que alguns et vam adoptar com a amiga de "prestao" però aquest "prestao" va durar poc perquè et vam voler com amiga per tu mateixa. a vegades suposo que un mateix es posa la barrera. t'estimooooo! he ganao una oportunidad más? que sinó retiro lo dichoooo ;)

Demián dijo...

Respetuosa, versátil,generosa; eso me parece reflejar tu escrito. Y, desde luego, analítica.
Si así estás a gusto, no "adoptes" ninguna otra postura ni te "prestes" a otros juegos.
Saludos

Teresa Giménez Pous dijo...

Com l'Anna penso que el que dius és bonic però trist, molt trist.
Em sap greu aquests sentiments que tens i potser posant-los per escrit els puguis superar.
Crec que és com et sents tu però que els altres no et veuen així. Et veuen d'un altre manera com una més, com una igual que tots.
T'estimem.

Anónimo dijo...

Yaivi, qué duro tu relato.

¿Por qué hicieron eso contigo?, ¿por qué razón (si algo lo justifica coherentemente) privan a un hijo de sus padres?

Qué horror y qué atrocidad hacer esto , aparte de las secuelas psicológicas que puede crear en una persona.

IvanBalt dijo...

WoW vaya relato mas conmovedor... es que ni siquiera me puedo imaginar como sera algo siquiera parecido a eso! no vendre con tonterias "te entiendo se como te sientes" xq es q ni me puedo hacer la idea de como sera eso! pero puedo apreciar que eres mas fuerte de lo q crees realmente sin palabras....

yaivi dijo...

Hahaha! Me sorprende que pienses que hablo de la gente de aquí. Anna, he vivido en más de 4 familias. Este texto lo tengo escrito desde que era más pequeña. Toda mi vida no se resume a la gente de Barcelona.

yaivi dijo...

Hahaha! Acabo de llegir la teva resposta despres de tant de temps. La veritat es que potser tenía que haber especificat que no parlaba de la gent de Barcelona.

yaivi dijo...

He viscut en mes de 4 familias distintas. Y la veritat es que parlaba de coses de la meva vida d'abans. La gent de Barcelona m'estima molt, tan amics com familia i companys

yaivi dijo...

Moltes gracies per llegir me !