martes, 3 de junio de 2014

CIUDADANOS DEL MUNDO.


Hay un nuevo término que hace furor en los ambientes más “cool”. De hecho, usarlo provoca admiración y da a entender que quien dice que lo es, tiene una mente abierta y acepta la diversidad cultural y social. Un término que hoy en día se escucha mucho. Un calificativo que es más que un adjetivo. Es un sentimiento, un pensamiento en Vogue.

Ciudadano del mundo.

Los ciudadanos del mundo se definen como “Sin banderas” en un mundo en el que las nacionalidades no existen y cogidos por este afán de dogmas demagógicos, tampoco creen en las razas ni en las diferencias.

“Ciudadano del mundo soy.
No tengo bandera.
No creo en las fronteras.
Ni en las nacionalidades.”


Ser ciudadano del mundo es tener la capacidad de adaptarse a cualquier ámbito geográfico y aceptar al mundo tal como es: global. Ser ciudadano del mundo es pensar que eres de todas partes, que eres de “un país llamado mundo” como dicen…

Pero para adaptarse, primero hay que llegar…
Para ser de todas partes, hay que tener la posibilidad de serlo…

Ser ciudadano del mundo es una ideología lúfoca, basada en unos pensamientos bastante alejados de la realidad. Ya no importan las raíces ni los orígenes. Ya no importan las referencias, ni la memoria, ni el azar. Mientras que unos luchan para instaurar el patriotismo, surgen unos individuos que dicen que no tienen banderas y que no son de ninguna parte, sino del mundo.
Lo que mucha gente olvida es que para ser ciudadano del mundo, hay que tener autonomía para poder salir de cualquier situación, una nacionalidad que te lo permita y sobretodo, tener la barriga llena. Porque este término tan cool, tan formidable y tan magnifico, que no es más que un ideal utópico, sólo es recurrente en los países de los blancos porque no está al abasto de todo el mundo. Y si no lo está, pues a mí ya no me gusta.
Para ser ciudadano del mundo hay que haber visto mundo. Y uno no ve mundo si no tiene medios o color para hacerlo. No todo el mundo tiene los mismos medios de vida y las fronteras no se abren igual para todos. Y lo que parece un ideal de vida y una visión perfecta del mundo no deja de ser una ilusión porque es un lujo que no está al alcance de todos.
Ver el mundo como global está bien, pero qué pena que no todo el mundo pueda atreverse a pensar igual. Júpiter hace cosas raras. Les da a unos una vida sin preocupaciones mientras que a otros les deja desnudos y descalzos bajo el sol árido o a cuclillas al lado de un Río sagrado. Les costará horrores a algunos ser internacionales y le costará la vida a otros, querer ser cosmopolitas. Mientras que los subsaharianos que se buscan una vida en los países ricos son ciudadanos del limbo porque son de ninguna parte, los europeos que se buscan la vida en otros países son ciudadanos del mundo.

Recuerdo mi tío, sabio y hablador que decía: “Antes de filosofar, hay que tener la barriga llena…"

¿Si aún no he comido hoy, qué me importa el tipo de ciudadano que soy?

¿Ser ciudadano del mundo es simplemente filosofar? ¿Es de barrigas llenas? No lo sé. Pero supongo que los que se preocupan de lo que comerán sus hijos o los que sufren porque no pueden pagar un alquiler o uno que mira su madre en el lecho de la muerte sin poder hacer nada, no lo importa mucho si existen razas o fronteras. No creo que a mi tío Gilbert le importe alguna ideología.

¿Ciudadanos del mundo? ¿Dónde está este lugar que llaman mundo?

Hay gente que no lo ha visto jamás. Ciudadanos del mundo, ciudadanos de la tierra... Pero es que la tierra no es de todos. Es de unos pocos. No nos engañemos... Gente internacional que lo es porque puede serlo.
¿Todos somos ciudadanos del mundo? Esto es una irrealidad. Y si un ideal ya no está al alcance de todo el mundo aunque se basará en la igualdad entre todos, pues ya no es un ideal.

Ser ciudadano mundo depende del marco y de la condición social.

No hay puentes que unan ciudades más allá de los puentes sentimentales, porque el resto va unido a leyes estrictas e injustas de extranjería. El ciudadano del mundo puede viajar pero no todo el mundo tiene las fronteras abiertas.Ciudadano del mundo como concepto pomposo y prepotente. Seguro que estaré equivocada pero no hay nada más engreído que ver a uno con la barriga llena diciendo que es ciudadano del mundo.

Ser ciudadano del mundo, habla del mundo pero no todo el mundo puede serlo. Yo no quiero ser ciudadana del mundo en un mundo en el que todo el mundo no es mundo y en el que todos los mundos no son mundos.

http://yaivi.blogspot.com

3 comentarios:

El Drac dijo...

Totalmente de acuerdo, creo que la frase es más un cliché que algo que realmente tenga un significado auténtico y relevante.

Anónimo dijo...

El mundo está en otra parte. El mundo está en tus ojos, Yaivi. Y, efectivamente, está en tu piel. Seguramente está bajo tu piel, que diría Frank Sinatra. Estaba en la pantalla de un cine, cuando éramos niños. Pero ahora ya no está.
Los que dicen que son ciudadanos del mundo no saben que en realidad el mundo está en las zapatillas gastadas de su vecina de escalera. Pero, claro, esos señores ciudadanos del mundo ni siquiera saben quién es su vecina de escalera. Ellos se lo pierden. Porque el mundo está en el vaivén de la cola de caballo de su vecina de escalera. Esa es la única bandera que ondea con legitimidad en el mundo. Su vecina de escalera- sea quien sea- es ciudadana y presidenta de ese mundo.

Anónimo dijo...

Los japoneses/coreanos, ciudadanos del golfo...tienen la barriga bien llena, y no les veo despuntar esas mamarrachadas. La ecuación no es así de sencilla.

Creo que el factor principal es la lavada de cerebro sistemática globalizadora, que se ha cebado especialmente con los países blancos, planteando nuestra existencia como la explicación de todos los males, incluso de la muerte de Chanquete. Por tanto reclamar identidad europea es poco menos que un acto de flagrante nazismo; ¿a quién se le ocurre exaltar una identidad asentada en un pasado forjado por genocidas fascistas? Y por otra parte, argumentos mas genéricos del tipo: la nación es un invento del XIX, el instinto de pertenencia al grupo es herencia neandertal, etc.

Que toda raza y todo pueblo tengan un pasado plagado de cabronadas no es argumento válido para meterles en el mismo saco, ¿por qué este hecho se ceba únicamente con nosotros? Maldita sea, por poner solo un caso de 1000 que podrían plantearse: a ver cuándo una productora de Jollywood hace una película mostrando como los blancos eran meros compradores de esclavos, mientras que los “productores” del recurso en cuestión eran los propios africanos, derivado de sus botines guerreros.